«Comisario», el toro que saltó al tendido de Barcelona y ocasionó varios heridos
La guardia civil tuvo que disparar al animal para que no sucediese ninguna tragedia mayor y el proyectil hirió al encargado de la puerta de arrastre

Hace un largo siglo, cuando en Barcelona solo existía la plaza del barrio marítimo, la Barceloneta , un toro sembró el pánico al saltar al tendido. Ocurrió el 14 de abril de 1895, en la inauguración de la temporada taurina. En el cartel: Fernando Gómez «El Gallo», Antonio Fuentes y Pierre Cazenave , frente a toros de de la divisa aragonesa de Victoriano Ripamilón .
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El suceso de la tarde llegó en el tercer toro, «Comisario» de nombre , un mozo con toda la barba, colorado y ojo de perdiz. «Cuando lo saltaban de cabeza a rabo con la garrocha unos landeses para intervenir también en la lidia, el bovino, queriendo asimismo demostrar sus facultades circenses, dio un tremendo salto , tomando viaje hacia las tablas y llegó a la tercera fila de sombra, a la derecha de la presidencia», relata Rafael López Chacón en su libro «Toros en Barcelona».
Enorme desconcierto
El desconcierto fue enorme y tuvieron que intervenir desde un guardia municipal a la guardia civil, además de algún torero y varios valientes aficionados. «Un guardia municipal llamado Isidoro Selva , del tendido de sol, donde se hallaba, pasó al de sombra, y en unión del novillero Vicente Ferrer , que ocupaba una localidad del mismo tendido, pudo evitar mayores males -cuenta López Chacón-. El torero sujetó a la res, agarrándose a las astas para mancornarlo. Antonio Fuentes , desde el redondel, subió también al departamento de sombra, sujetando por la cola al toro. El cabo de la guardia civil Ubaldo Figueras, que se encontraba en gradas, bajó al tendido y disparó su máuser, haciendo caer al cornúpeta».
La cosa acabó así: «Después lo remataron a cuchilladas muchos espectadores. El proyectil, después de atravesar la cabeza del toro, hirió al encargado de la puerta del arrastre, José Recasén, ocasionándole fractura de dos costillas y fuerte lesión pulmonar».
Tan grande fue el tumulto que cayeron también heridos varios espectadores . «De no haberse puesto eficaz remedio preventivo protegiendo el tendido con una maroma más, el caso hubiera tenido repetición a la corrida siguiente con otro toro acróbata de la marquesa viuda de Saltillo . Ni que decir tiene que el suceso fue comentadísimo en toda España».