Centenario del ganadero Celestino Cuadri, un romántico que creó un encaste propio

La Asociación el Toro de Madrid rinde homenaje al criador de bravo, «un genio» que buscó un animal único, «persiguiendo la integridad, el trapío, la fuerza, la casta y la bravura»

Celestino Cuadri

ABC

Se cumplen hoy cien años del nacimiento de Celestino Cuadri Vides , mítico ganadero de bravo. Nacido el 1 de noviembre de 1921, murió a los 79 años en su localidad onubense de Trigueros.

Celestino Cuadri compró en 1954 la ganadería que en 1928 había formado Lancha Vázquez, con vacas y sementales de Juan Belmonte , procedentes de Gamero Cívico. A estas reses se añadieron un lote de González Camino que, a su vez, tenía sangre de Pérez de la Concha , Félix Suárez, Villamarta y Molina. Cuando en 1954 la adquirió Celestino Cuadri, varió el hierro y la divisa —morada, amarilla y blanca—. Cuadri sacrificó las hembras derivadas del último cruce, conservando las de procedencia Santa Coloma . Cuadri cedió el ganado en 1973 a sus hijos Fernando, Juan y Luis, y pasó a denominarse Hijos de Celestino Cuadri.

De las fincas onubenses 'Comeuñas' y 'Cabecilla Pelá' han salido notables ejemplares, premiados en ferias de primera categoría. Así, en la Feria d e San Isidro de 1997 , recibió el premio a la corrida más completa del ciclo, motivo por el cual se descubrió un azulejo conmemorativo en el Patio del Desolladero de Las Ventas. En la ganadería de Cuadri han destacado toros como 'Forastero' , lidiado en Valencia por Luis Francisco Esplá —uno de los toreros que mejor conoce el encaste—; 'Colladero' y 'Marinero', lidiados en 1970 y 1982, respectivamente, en San Isidro. 'Colladero' consiguió el trofeo Mayte al mejor toro del ciclo madrileño. 'Clavellino' (1993) y 'Poleo' (1996), lidiados también en Las Ventas, acapararon importantes premios.

Con motivo del centenario de uno de los ganadero más respetados, admirados y recordados por la afición, la Asociación el Toro de Madrid ha tenido el gesto de rendirle homenaje con estas líneas:

«Tal día como hoy de hace cien años nació en Trigueros (provincia de Huelva) quien daría vida a una de las ganaderías más emblemáticas y particulares del campo bravo, forjando un encaste propio que aún lleva su nombre: D. Celestino Cuadri Vides .

Desde la Asociación El Toro de Madrid hemos querido recordar el centenario del nacimiento de este ganadero como muestra de la admiración y del respeto que este colectivo de aficionados siente hacia este criador de reses bravas que buscó las peculiaridades de un toro único , persiguiendo (y logrando con creces) la integridad, el trapío, la fuerza, la casta y la bravura.

Milagro genético

Fue a partir de mediados del siglo XX cuando un joven profesor de Derecho de la Universidad de Sevilla, de nombre Celestino , procedente de una familia de agricultores de Trigueros y con una gran afición a la Fiesta de los toros, emprende la difícil labor de convertirse en ganadero de bravo, y tras veinticinco años de paciente alquimia y tenaz labor , culminó su hazaña con la creación de un encaste propio. Para entonces la Universidad de Sevilla había perdido un maestro de dimensión universal, pero el mundo ganadero se hizo con un genio para admiración de todos los aficionados.

Afincado en Trigueros se casó con doña Juana Vides con quien tuvo una amplia familia. Desde siempre tuvo las ideas claras, y su primera intención fue adquirir ganado de Santa Coloma e Ibarra. Pero durante esos tratos se vio obligado a comprar camadas enteras de sangres de Urcola y Pérez de la Concha. A mediados de los años cincuenta, D. Celestino compró ganado con sangre de Belmonte en la ganadería de José María Lancha. De todas estas mezclas y de una exigente y minuciosa selección nace el toro de Cuadri.

La ganadería de Cuadri se presentó en público en 1955 en Aracena y en Madrid lo hizo el 8 de abril de 1956 con una novillada, obteniendo la antigüedad desde esa fecha. A partir de entonces, y hasta nuestros días en la plaza de toros de Las Ventas y generación tras generación, siempre ha existido la 'cuadrimanía' por estos ejemplares tan únicos y característicos que agrandan la leyenda de la cabaña brava.

Celestino Cuadri consiguió un tipo de toro sumamente idóneo para el objeto al cual se destina. Sus herederos han seguido fieles a esas mismas ideas. Estas reses representan un modelo de bravur a; largos, hondos, serios, badanudos, formales en su comportamiento, acreditados ante la afición, exigentes ante los toreros. Con frecuencia nobles, nunca tontos. Muy en el estilo de la casa que los cría. La ganadería, a lo largo de su historia, ha fraguado su modelo de toro único e inédito, un milagro genético reconocible a simple vista, y lo hizo en base a una serie de sementales de sublime transcendencia que dejaron su huella en 'Comeuñas' y 'Cabecilla Pelá'.

Desde que la vacada existe, las reglas de crianza impuestas por el ganadero no han cambiado. Su objetivo es el de preservar al toro, eje central de la Fiesta , en su naturaleza salvaje ofreciéndole las condiciones ideales de vida. Ideales y esencia que sus descendientes han seguido a rajatabla. La gran reputación de esta casa ganadera se explica por el hecho de que son fieles a su leyenda y a una imagen que verdaderamente cumplen.

Y es en el centenario de su nacimiento, cuando rendimos homenaje al gran aficionado don Celestino Cuadri Vides, honores y leyenda de un ganadero romántico del campo bravo español, creador de un toro y encaste único.

¡Larga vida a los Cuadris!»

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