A 'Asturiano' le cortaron las dos orejas en Calatayud y no se enojó nadie
Curro Díaz, José Garrido y el rejoneador Pérez Langa salieron a hombros
En Gijón, la alcaldesa se enfadó tanto por dos toros que en la feria se llamaron 'Feminista' y 'Nigeriano', que quiere acabar con la Fiesta. Los aficionados le replicaron en ABC, que si a un toro lo llamaban 'Asturiano', no se iban a ofender. Y “Asturiano” se llamaba el que abrió plaza en Calatayud, un pavo que iba para los seis años y al que el rejoneador Mario Pérez Langa le cortó las dos orejas sin que nadie se enfadara.
Enfado no hubo ni con 'Asturiano' ni con ningún otro de la desigual corrida de Voltalegre, de pobre juego; al contrario, todo fueron alegrías en un festejo que discurrió por la vía del triunfalismo. Los pañuelos blancos asomaban por la balconada del palco presidencial con escaso criterio y nulo rigor. Orejas y más orejas, acogidas todas, es verdad, entre el júbilo de los asistentes, que tras el ayuno de toros pandémico apoyaron sin medida a los toreros.
Tres orejas cosechó José Garrido en una tarde en que lo mejor de su actuación fue el principio y el final. El buen toreo de capa al tercero y el estoconazo con el que acabó al sexto, fueron, lo mejor. En medio, muchas ganas de triunfo frente al muro de dos toros sin clase.
Pérez Langa se esforzó ante dos toracos sin regatear esfuerzos ni algún caballazo de más. Anduvo certero con el rejón de muerte en su primero, del que paseó dos trofeos, y remató con ligereza al cuarto.
Curro Díaz toreó a media altura al segundo, parado y sin raza, y desgranó naturales de buen gusto al quinto, nada sobrado de entrega, en una faena que culminó de una buena estocada, que le valió el doble trofeo.
Final feliz, ocho orejas y todos a hombros.
