Historia de 'Almeida', el toro con madera de líder bautizado así en homenaje al alcalde de Madrid
La ganadería brava de Pablo Mayoral ha puesto el nombre a un becerro que ya se ha escapado varias veces y que es el mandamás entre sus hermanos de camada
La ganadería de Toros de Pablo Mayoral ha bautizado a un becerro que «nada más nacer se pensó que ya era toro», y con madera de líder, con el nombre de 'Almeida', en homenaje al alcalde de Madrid. Así lo relata esta brava divisa en sus redes sociales:
«Hoy os vamos a contar una historia de esas curiosas que ocurren en el día a día de la ganadería. El protagonista no es otro que el pequeño Almeida , así hemos llamado a este becerro que nada más nacer se pensó que ya era toro.
La semana pasada, en uno de los días de saneamiento, entraba en la manga una vaca recién parida, tanto que apenas había dado tiempo a declarar el nacimiento de su becerro; un machito negro entrepelado , muy bien proporcionado pero muy pequeño, parecía una liebre grande. Entraba con descaro acompañado de su madre, cuando en un descuido se coló entre los tubos y se dio a la fuga. Fue a parar al cercado próximo donde pastan los cuatreños. Uno de nuestros vaqueros , Jonhy, consiguió apresarlo y traerlo para acabar el saneamiento. Al finalizar y soltar al lote que se estaba examinando, el becerro se abrió camino el primero entre todos sus hermanos de camada , como si fuera el líder de la manada.
El más listo de la camada
El día de la lectura del saneamiento, el pequeño Almeida volvió hacer la misma operación y antes de soltar a los animales, había abandonado al grupo; en esta ocasión fue más listo y fue capaz de esconderse sin que lo encontráramos. Buscamos por todos lados; por los burladeros de la plaza, por ambas mangas, en el cercado de los toros, en el 'Chivatín' , cercado donde pasta el lote donde había nacido, y no hubo manera, no dábamos con él, con lo que desistimos en su búsqueda. Nos fuimos de la finca con la preocupación de que, por su escaso tamaño y en la soledad de la noche, pudiera ser presa de alguna alimaña; a la madre se la notaba tranquila, pero tenía la ubre sin mamar , por lo que no había ido tampoco en su busca.
En Mara ya había surgido cierto favoritismo hacia él, esa viveza y esa capacidad siendo tan pequeño habían conquistado a la ganadera.
A la mañana siguiente, repasando el lote recién saneado, ahí estaba Almeida , junto a su madre, ajeno a su fuga y a su frustrada búsqueda. Con su pequeño tamaño, y sus ojos vivos y expresivos, transmite actitud de líder , por eso le hemos escogido ese nombre, Almeida.
Hijo de Bizcochera y Campero, daremos cuenta de su evolución en Moheda, la aventura promete.
Dedicado al alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida».
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