Descubren una cornada interna a Paco Ureña después de «tocar el cielo toreando»

«Tenía muchas molestias . Me cogieron dos o tres veces, yo notaba que me dolía pero lo aguantaba bien. Fue cuando llegué al hotel cuando me di cuenta de que algo tenía...» Y lo que tenía Paco Ureña era una cornada interna (envainada), que se dice pronto y hasta los propios toreros a veces le restan importancia, además de fractura de escafoides.

El matador murciano sufrió estas lesiones en la última corrida de la Feria de Otoño , donde cuajó los mejores naturales después de llevarse más de una voltereta y una soberana paliza que le dejó el cuerpo mucho más que magullado. «Solo» la espada se interpuso en el camino de la gloria... Aunque para Ureña la mayor gloria fue sentir y hacer el toreo con la Monumental entregada. «Dicen que al salir a hombros tocas el cielo de Madrid, pero yo lo toqué con las manos toreando», confiesa a ABC. Tanto se rompió, que le brotaron las lágrimas tras una soberbia tanda al natural .

Al desnudo Ureña : «Aún me emociono. Uno sueña toreando de salón, pero hacerlo realidad en ese marco es maravilloso». Todo ello con un Adolfo (Martín) : «Es un encaste muy del gusto de Madrid. A mí me transmite muchas cosas, me identifico con él. Son animales muy sinceros y mi manera de ver la vida es así, tanto en lo bueno como en lo malo».

Aunque ambiciona superarlo y coronarlo con la espada, su diálogo con otro «Murciano» será verbo de su carrera. Asegura que nunca vio a una plazar vibrar así con él: «Notaba que algo grande pasaba. Me emocionó mucho. Jamás había visto a una plaza así conmigo».

¿Le gustaría matar la corrida de Adolfo el próximo San Isidro? «¿Gustarme? ¡Me encantaría!»

Ahora toca recuperarse con el propósito de cumplir su compromiso del 8 de noviembre en Lima. Paco Ureña será intervenido por partida doble la próxima semana. El lunes 12, festividad del Pilar, será operado en Sevilla de la fractura de escafoides derecho por el equipo médico de los doctores Emilio López-Vidriero y Pedro Delgado. Dos días después, el miércoles 14, será intervenido de una cornada interna en el gemelo derecho, pues se ha confirmado que no era un mero varetazo. Además, el último estudio radiológico habla también de «una distensión de ligamentos en el codo izquierdo, así como un esguince del ligamento interno de la rodilla derecha».

Pese a las lesiones, para su fallo en la suerte suprema «no hay excusas». «Me tiré a matar con el corazón, pero pinché. Las cosas son así y no siempre son perfectas», dice. Y ratifica la frase que le brotó del alma tras rematar la faena: « Yo hoy me puedo morir tranquilo. Quizá sea una barbaridad, pero así lo sentí y así lo siento, por todo lo que he vivido este año, profesional y personalmente, con cosas muy duras y otras bonitas». La espada se llevó las orejas, pero no sensaciones inolvidables para Paco Ureña.