Faenón de general de Garrido en Albacete
Sensacional, desoreja a un gran montalvo y abre una puerta grande de ley
![Faenón de general de Garrido en Albacete](https://s1.abcstatics.com/Media/201509/15/garrido--644x362.jpg)
Apunten un nombre: José Garrido (Badajoz, 1993). Suya es la autoría de una de las mejores faenas de la temporada , póngala dentro del top 10 cada cual donde guste, porque pocas habrá de toreo tan mayúsculo . Reunió temple y verdad, torería y expresión, magia y fiebre, la fiebre artística y guerrera que corre por su sangre extremeña. Desde la bienvenida con dos faroles de rodillas dejó clara su ambición de estar en la unidad de élite del toreo . Mientras alguno va de coronel y no llega a suboficial, Garrido, como un soldado raso, se alistó con enorme capacidad a las filas de la entrega en cuerpo y alma. Todo por la patria del arte . Espíritu de general en una obra de figura. Se hizo dueño, amo y señor de la tarde con un montalvo excelente, con clase , prontitud y un sinfín de virtudes, hasta esa forma de abrirse... Y unos pitones de aúpa.
De hinojos lo recibió, que ya está escrito, para continuar con unas verónicas sensacionales, con compás. y una media de rodillas primorosa. ¿A por todas el extremeño? ¡A por supertodas! ¡Menudos fueron los lances tras el encuentro en varas! Despacioso el prólogo para sacárselo a los medios, con unos derechazos y un pase de pecho de aquí a la eternidad. Extraordinario «Luneto» y extraordinaria la obra. Pecho, cintura, muñeca y aplomo desde los derechazos primeros. Por el izquierdo el montalvo se abría y con la ayuda se fajó. Cuando «Luneto» quiso rajarse, lo toreó hasta terrenos de chiqueros para regresar y sacarlo de esa querencia con pases de la firma, trincheras y pases de pecho, que los borda, hasta la hombrera contraria. Los ayudados finales tuvieron el sello de la hondura y la torería . El espadazo fulminante le abrió una puerta grande de ley. Dos orejas del mismísimo Madrid , como capitalina fue la seria corrida de Montalvo, de interesante y buen juego, con muchos matices.
Otra vez jugó con estilo los brazos a la verónica en el buen sexto, al que cuajó de principio a fin con una capacidad de privilegiado. No solo torea fenomenal -aunque a veces se encorva un poquito- y pisa el sitio que huye de las mentiras, sino que domina la escena. Menuda lección volvió a dar antes del bello broche. El descabello dejó el premio en una oreja.
Un trofeo paseó Juan del Álamo del galán quinto, que enseñó su casta y su boyantía en la afanosa y lista labor del salmantino. Con el anterior, con condiciones pese a metérsele por dentro, dejó algún pasaje meritorio pero toreó en exceso hacia fuera...
Diego Urdiales, que sustituía Fortes -la baja provocó la devolución de mil entradas -, no lo vio claro con el lote más desagradecido. Eso sí, dejó algún muletazo preciosista, bellísimo y sentido con un primero que, aun sin humillar, iba y venía con sus distracciones y su falta de repetición. No se sabe muy bien por qué, si por su propia naturaleza o por las colocaciones. Abrevió luego con un cuarto a contraestilo.
La tarde fue de un soberbio José Garrido . A hombros se lo llevaban por la puerta grande mientras los aficionados vivían entre dos aguas: la de su triunfo incontestable y las noticias de la terrible cornada a Miguel Ángel Perera...