Huesca quiere toros, o algo parecido

Perera, que logró dos trofeos, se encara con el presidente por una oreja de menos

Huesca quiere toros, o algo parecido alberto díaz

ángel g. abad

Mal homenaje a l héroe herido le pudieron rendir sus compañeros con una corrida de El Pilar bajo mínimos. Mal presentados, algunos ni eso. Noblotes, sí, pero ayunos de casta y pujanza. Una tarde con poca historia, cuando lo que necesita esta plaza es precisamente historias que contar y compromiso por parte de toreros y ganaderos. Si acaso, el mejor capítulo lo escribió Miguel Ángel Perera con el sexto en la labor con mayor entidad del festejo.

Muy valiente y muy firme el extremeño en una faena que fue calando en los tendidos y que, tras un estoconazo, le valió una oreja con petición de la segunda. No accedió el palco y el torero se enfadó lanzando con rabia la oreja hacia el usía. Mal gesto, pues con la misma rabia se podía haber manifestado contra la presentación del torete que lidió en primer lugar y al que cortó un trofeo tras una larga faena.

Y es que los torillos de El Pilar parecían los hijos de los lidiados el día anterior, y por eso quizás, por el recuerdo a la brutal cornada a Francisco Rivera Ordóñez , el festejo supo a poco. Por segundo día se llenó la plaza, por segundo día las peñas reivindicaron la Fiesta y la sombra asintió con la semblanza que caracteriza a estas gentes del Alto Aragón . Por segunda vez el referéndum de miles de personas acudiendo libres a un espectáculo, pagando por ello altos precios, impuestos incluidos, dejó en evidencia a un ayuntamiento que ha prometido erradicar las corridas de toros, pero que hasta ahora ocupa los dos palcos de preferencia que tiene en la plaza. Las dos formaciones radicales que apenas sumaron cinco mil votos en las pasadas elecciones maniataron a un alcalde, el socialista Luis Felipe, que aceptó la imposición antitaurina para acceder al sillón.

En estas están los oscenses, llenando la plaza y pagando los fastos contra la Fiesta que organiza el propio consistorio durante las fiestas de San Lorenzo. Los munícipes y sus invitados en el palco, eso sí.

Del festejo, ya hemos hablado de Perera y su rabia sin contener, y hay que hacerlo de la entrega de Juan José Padilla en tarde de altibajos, pero siempre con afán de triunfo, y de un insulso José María Manzanares .

Frente al triunfalismo, Huesca necesita ahora el apoyo y el compromiso de todos, porque el problema no se arregla con una oreja de más o de menos. Los aficionados oscenses están cumpliendo de sobras, ahora le toca al sector. Si así lo hiciere que Dios se lo premie, y si no que Dios y la Patria se lo demanden.

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