Directo: Sebastián Castella se marcha por la Puerta Grande de Madrid

Directo: Sebastián Castella se marcha por la Puerta Grande de Madrid efe

Final a hombros

Abandonan la plaza los toreros. Morante recibe pitos y El Juli es despedido con aplausos. La estampa de la felicidad es la Sebastián Castella, aupado a hombros para salir por la Puerta Grande en olor de multitudes. Se santigua el torero, alza los brazos al cielo, ese cielo que ha tocado. Miles de flashes retratan la imagen. Le tiran casi al suelo. Le arrancan el vestido entre gritos de ¡torero, torero! Ya en la furgoneta, calle Alcalá arriba. ¡Felicidad!

Sale el sexto, colorado lavado anteado, de nombre Flautista. No hace honor al nombre de los músicos de este toro. No humilla ni por equivocación. Castella, muy firme, queire más. Difícil es con tan mal material. Estocada trasera y caída. Palmas.

Ya está el quinto en la arena. El Juli, sensacional en unos lances y la media. Y valentísimo, tremendo cuando se echa el capote a la espalda, en una gaoneras emocionantísimas. Sinceridad máxima. Replica Castella también con el capote a la espada. ¡Bendito pique! Prologa faena con enorme seguridad, muy quieto. Esperanzas de que se cree una obra, pero el toro se apaga enseguida, sin apenas recorrido. Lo intenta todo, pero nada que hacer. Lo caza de una estocada trasera. Silencio.

Morante da unas buenas verónicas, pero el toro flaquea y se para, sin celo. Abrevia. Faena corta. Desencanto del personal. Se libra de la bronca gorda porque ha matado fácil. Estocada. Pitos. Sin suerte el sevillano con su deslucido lote.

Castella es ahora mismo un hombre feliz. Así lo acaba de declarar emocionado a los micrófonos de Canal+. «Dicen que de Madrid al cielo, y yo he tocado el cielo de Madrid». El francés, apoderado hasta este año por la familia Lozano (propietaria de Alcurrucén), hizo un guiño a quien llamaron la muleta de Castilla: «Me alegro por muchas cosas, una por un señor que es don Pablo Lozano, que un día me dio unas cosas y que me dijo aquí,y él lo sabe y sé que se alegrará de esto. Por la gente que ha luchado, tanto por Manuel Martínez Erice (su apoderado) y por todo mi equipo. Siempre se puede estar mejor, pero hoy he podido demostrar al mejor Castella con un gran toro».

Sebastián Castella brilla con el capote en el saludo a la verónica, con chicuelina intercalada y una media al ralentí. ¡Y muy bien en el quite! Intervien Morante, con tres verónicas, dos de ella superiores. Promete el toro y el francés brinda al público. Comienza en los medios, cuando su habitual pase del péndulo. ¡Sin moverse! Sin respiración la plaza. Y tras los dos cambiados, por abajo. Madrid se pone en pie. toma la zurda, embiste humillado y largo el toro. Pierde la muleta. No pasa nada. Sigue con una fantástica tanda al natural. Cambia a la mano de la cuchara. La faena va in crescendo. Por ambos pitones. Torea la ralentí. Torerísimo. Templadísimo. Profundo, como la embestida. ¡Ole y ole! Remata con ayudados por bajo. Ruge la plaza. Hora de matar. Estocada cíada. Dos orejas y vuelta al toro, de nombre Jabatillo, una máquina de embestir.

El segundo no quiere caballo. Quita El Juli por chicuelinas y por el mismo palo interviente Castella en su turno de quites. Brinda a Don Juan Carlos: «Majestad, siempre será nuestro Rey. Muchas gracias». Un toro muy flojito y sin emoción, con el que El Juli, muy fácil, no puede encontrar lucimiento. Pinchazo y estocada trasera. Silencio.

Runrún en la plaza cuando asoma el ensabanado primero y toma el capote Morante. Los oles brotan aunque las verónicas, salvo un par muy despaciosas, no tienen limpieza. Pero el aroma morantista ahí queda. Derriba al piquero de manera espectacular. Morante brinda faena al Rey: «Es un honor brindarle la muerte del toro. Dios le dé larga vida. ¡Viva España!» El toro, dentro de su nobleza, humilla poco y sale demasiadas veces con la cara alta; se apaga pronto y Morante deja muletazos preciosos, pero la gente espera más y se queda con la miel en los labios. Estocada hábil. Discreta división.

Ni un alfiler cabe en la plaza. Mucha gente conocida en los tendidos. En su ya habitual en esta feria barrera preferente, el Rey Don Juan Carlos, muy cerca de Juan Pedro Domecq. Con lleno de no hay billetes, hacen el paseíllo Morante, de azul pavo y oro, El Juli, de azul marino y oro, y Castella, de tabaco y oro.

Seis toros de la ganadería de Alcurrucén, propiedad de la familia Lozano, aguardan chiqueros. Los núñez oscilan entre los 525 y los 564 kilos de peso. [Estos son sus datos y el orden de lidia]

Segunda cita de Sebastián Castella en Las Ventas, una plaza en la que asegura hay que olvidar el instinto de supervivencia [pasen y lean]. En su primera tarde cuajó una estupenda faena, premiada con una oreja. [Así ocurrió]

El Juli hace hoy el primero de sus dos paseíllos en la feria. Madrid es el toreo. Dice que en su ruedo está el paraíso. [No te pierdas la entrevista con la gran figura madrileña]

Es la única comparecencia de Morante de la Puebla en la feria. Siempre tan esperado, siempre soñando con unas verónicas y una faena grande. La que sueña el torero, que ayer descubrió en el Museo de Cera una estatua en su honor [no te la pierdas]

Ningún cartel ha generado esta feria semejante expectación, con la reventa por las nubes. El «no hay billetes» se colgó desde primera hora. Nadie quiere perderse un acontecimiento único.

¡Buenas tardes! Bievenidos a la décima novena corrida de San Isidro. Llega la hora del cartel estrella de la feria: Morante de la Puebla, El Juli y Sebastián Castella, con toro de Alcurrucén.

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