centenario de su nacimiento

Orson Welles, el genio del cine americano que se vino a Triana para ser torero

El director y actor estadounidense, muy unido a España y a la Fiesta Nacional, vivió en Sevilla y se apodó «El Americano»

Orson Welles, el genio del cine americano que se vino a Triana para ser torero abc

f. carrasco

No sabemos si hubiese sido capaz de aguantar aquel ritmo infernal que el Nobel de Literatura Ernest Hemingway describió en «Verano sangriento», en cuanto a competencia en los ruedos entre Antonio Ordóñez y Luis Miguel Dominguín. Pero sí podemos presuponer que, en todo caso, ese «gusanillo» de quien se pone por vez primera delante de una becerra lo sintió en sus carnes.

George Orson Welles -Orson Welles a secas en los «carteles» de las películas que dirigió y en las que actuó-, nacido en Kenosha, Wisconsin, el 6 de mayo de 1915, y fallecido en Hollywood , California, 10 de octubre de 1985 fue un actor , director, guionista y productor de cine estadounidense y, también, un auténtico enamorado de España y de la Fiesta Nacional.

Tanto que se vino a nuestro país en 1932, concretamente a Sevilla, estableciéndose en el barrio de Triana con la firme convicción de ser torero. Ya para esa fecha había hechos sus pinitos en el mundo del teatro. Le quedaban unos años, seis en concreto, para que sorprendiese a todo el planeta con aquella emisión que ha marcado un hito en la historia de la radio, «La Guerra de los mundos».

En el otrora arrabal sevillano, Welles se empapó durante cuatro meses de ese año de todo lo relacionado con el toro. Y también con el flamenco, con la idiosincrasia de un barrio singular en el que hizo amigos que le condujeron a debutar como becerrista y torear unos cuatro festejos bajo el apodo de «El Americano». Incluso sufrió un percance en la cara en uno de ellos.

Esa «fiebre» desapareció, después de sus incursiones en los ruedos, de manera parcial. Porque la huella le quedaría para siempre. De hecho, compaginó su profesión - películas memorables que ya son parte de la historia del cine , caso de «Ciudadano Kane»- con sus reiteradas visitas a España para ver corridas de toros.

Welles vivió durante cuatro meses en el barrio de Triana queriendo ser torero

Especialmente intensos fueron los años que van de 1958 a 1960, donde ya había trabajo amistad y confidencia con otro genio, éste del toreo, Antonio Ordóñez Araújo. Le siguió por media España, allá donde toreaba, y también cultivó amistad con Luis Miguel Dominguín. Su presencia en callejones y barreras de las plazas de toros era una constante.

Enamorado de España y Andalucía, alternó su afición a los toros con todo tipo de ferias y fiestas: Feria de Abril , Feria de Jerez, Sanfermines... en todas ellas se dejaba ver. Y siempre con toreros, con aquellos a los que admiraba. Incluso en alguna ocasión declaró que le hubiese gustado ser picador.

Su amistad con Antonio Ordóñez fue tan grande que en 1987, dos años después de fallecer -el 10 de octubre de 1985- sus cenizas fueron depositadas en la finca «El recreo de San Cayetano», situada en la provincia de Málaga y propiedad del maestro de Ronda. Allí reposan para cerrar un círculo que comenzó en Triana en 1932 y en el que buscaba el genio del cine un objetivo: ser torero.

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