Sostenidos por la afición

Normalmente, salgo al ruedo de la palabra, espontáneamente, que no es lo mismo que «de espontáneo». Haría como en una faena de muleta y torearía el discurso según fuera surgiendo.

Hoy vengo un poquito más preparado, y me van a permitir leerlo.

En primer lugar, agradecer a su Majestad el Rey el honor que nos hace, no solo a nosotros, sino a toda la Tauromaquia presidiendo la entrega de este premio, tan prestigioso dentro del mundo del toro, que da el diario ABC. La Casa Real siempre ha mostrado su apoyo y esperamos y deseamos que siga siendo así. En estos tiempos, en los que ser taurino parece que debiera ser una vergüenza, debemos agradecer al ABC no solo el galardón, sino la defensa de una cultura ancestral.

Agradecemos igualmente al ABC, su reconocimientoa una trayectoria familiar que empezó en 1842, y que gracias al trabajo, la afición y el sacrificio de los que nos precedieron, ha llegado a nuestros días y a nuestras manos. Asimismo, agradecer a los miembros del Jurado su consideración al concedernos esta distinción.

Somos receptores de una tradición y un estilo que nosotros conservamos, siempre sostenidos por una afición, que nos ha llevado más allá del ámbito taurino, y a la que nosotros nos debemos. Son premios como este los que te renuevan la fuerza y la ilusión para seguir trabajando y superar los sinsabores de esta vocación.

Puesto que yo, al igual que los toros de nuestra casa, somos de faenas cortas, me voy permitir despedirme y desearles a todos muy buenas noches.