Carlos Arruza, de rival a íntimo amigo de Manolete

Se cumplen 95 años del nacimiento del gran torero mexicano, sobrino del poeta León Felipe

Carlos Arruza, de rival a íntimo amigo de Manolete abc

abc.es

El mismo día (que no año) que venía al mundo Gustavo Adolfo Bécquer, nació uno de los mejores toreros mexicanos de la historia: Carlos Arruza. Hoy cumpliría 95 años.

Había nacido el 17 de febrero de 1920 en la capital de México, hijo de españoles naturales de Santander y sobrino del célebre poeta León Felipe. Su verdadero nombre era Carlos Ruiz y Camino. Arruza era el segundo apellido de su padre. Con una acomodada situación económica familiar, estudió en un colegio inglés mexicano.

La madre de Manolete lo quería como un hijo más. Lloró con amargura su muerte

AIba para deportista, pero Domingo Ortega hizo que su destino cambiase. Cuando lo vio torear, mostró una decidida inclinación por el arte de Cúchares. Y a ello se dedicó. Tomó lecciones toreras y actuó como becerrista durante el período de 1934- 36. Al año siguiente debutó como novillero en la antigua Plaza del Toreo, alternando con Emiliano Vega y Porfirio Sánchez. En el amanecer de 1940 llegó el gran día: la alternativa. Ese 1 de enero se doctoró con «Oncito», de la ganadería de Piedras Negras, con Armillita Chico de padrino. Aquella tarde resultó herido, aunque no con la gravedad de esa tremenda cornada que sufriría luego en Colombia. Valentísimo, también cayó herido en plazas como Sevilla, Burgos, Jerez y Madrid.

Por respeto a Belmonte

Aquí confirmó el 18 de julio de 1944, de manos de Antonio Bienvenida, en presencia de Morenito de Talavera y con toros de Muriel. A partir de entonces su éxito creció y llegó a torear 40 corridas. Al número de 108 llegaría en 1945 y se negó a torear una más por respeto a Juan Belmonte, que había sumado esa cifra.

Carlos Arruza, en su arriesgadísimo farol de rodillas

Carlos Arruza, que toreó mucho en Barcelona, entusiasmaba con sus faroles de rodillas, en su salto característico en banderillas, en ese péndulo (que no es el actual) cogiendo la muleta de arriba abajo. Su adorno del teléfono se hizo famoso, al igual que ese encimismo y tremendismo tan particular. Se recuerda también un tercio de banderillas con Pepe Bienvenida. Su plaza favorita era Sevilla y su torero: Manuel Rodríguez «Manolete» .

Una vez resuelto el conflicto mexicano, hubo un tiempo en que Arruza molestaba a toreros como Luis Miguel y apenas toreó. Ya se hablaba entonces de «vetos»...

Cruz de Beneficencia

Arruza era conocido también por su generosidad, y en España tuvo numerosos gestos solidarios. Poseía la Cruz de Beneficencia de Estado español por su entrega a los pobres.

Arruza murió a los 46 años al chocar su coche con un camión un día de lluvia

Esta figura mexicana murió con 46 años. El toro de la carretera le jugó una mala pasada. Conducía su mozo de espadas, Jorge Rosales Aragón, La Rana. El tiempo lluvioso que empezó a reinar desde mediodía hizo que la carretera se encontrara resbaladiza. Cuando volvían de su finca «Dolores» , al salir de una curva, a 18 kilómetros de Toluca, el mozo de espadas no pudo controlar el vehículo, derrapó, se estrelló contra un camión, rebotó contra la cuneta y allí, moribundo, quedó el cuerpo del torero. La noticia corrió como reguero de pólvora en la ciudad. Su viuda, doña María del Carmen Vázquez, sufrió un desmayo al ver inerme al que fuera compañero de su vida. Unas manos piadosas pusieron sobre su cuello un crucifijo en madera negra.

La madre de Manolete

Su madre, que residía en Madrid, cogió el primer vuelo. Su «otra mamá», Doña Angustias, la madre de Manolete, lloró amargamente su muerte desde España y envió sendos cablegramas a su familia. Por aquel entonces contó Doña Angustias a ABC que Arruza la estaba ayudando en la organización de un festival benéfico en Córdoba. También fue uno de los grandes impulsores de que se erigiese un monumento en homenaje al Califa. «A partir de hoy -dijo- seguiré rezando antes esta Virgen de los Dolores por dos hijos, por Manolo y por Carlos, que en vida fueron como hermanos, ambos muy buenos, y que, sin duda alguna, esta mañana de mayo han vuelta abrazarse en el cielo».

Arruza decía que moriría admirando a Fleming

Era el mes de mayo de 1966, casi dos décadas después de la muerte del Monstruo cordobés, con quien había rivalizado en las arenas y que sería luego íntimo amigo. Carlos Arruza llegaba al cielo de los toreros. Un año antes había declarado: «No conocí a Fleming, pero me moriré admirándole». No fue una cornada por asta de toro la que lo mató: la lluvia y la velocidad acabaron con la vida de uno de los toreros más importantes que México ha parido.

Carlos Arruza, de rival a íntimo amigo de Manolete

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación