Las enseñanzas de la tauromaquia, a debate en Valladolid
El próximo día 13 comienza una serie de coloquios
La Diputación de Valladolid ha presentado el ciclo «Nuestros toros, nuestras tradiciones», una iniciativa con la que pretenden acercar al mundo rural la tauromaquia, en una provincia «con trapío» y con una variedad taurina «única» y arraigo «inexistente» en otras demarcaciones.
Así, todos los que así lo deseen podrán acercarse a un festejo que «impone respeto» y forma parte del acervo cultural vallisoletano, fruto de un arraigo tradicional del que carecen otras provincias donde el animal «está mas presente», como Salamanca.
La actividad consiste en seis coloquios en otros tantos municipios en los que empresarios, matadores, rejoneadores, picadores y aficionados, entre otros, ahondarán en contenidos diversos de este arte, fiesta cultural y un «modo de vivir y de relacionase».
Los coloquios darán comienzo en La Seca, el 13 de febrero, y seguirán en Villalón, el 20; Villanueva de Duero, el 27; Quintanilla de Onésimo, el 6 de marzo; en San Miguel del Arroyo, el 13, y finalmente, en Mojados, el 20.
Así se ha referido el crítico taurino César Mata, organizador de la iniciativa, durante la presentación en la Diputación de Valladolid, institución que patrocina los ciclos, como ya hizo hace años, según ha recordado el propio Mata.
Cultura del toro
En cuanto a la situación en Valladolid, Mata ha significado que aquí se valora tanto el toro en sí mismo como los mensajes que transmite el festejo. «La cultura del toro nos enseña a vivir y nos pone en contacto con la naturaleza», ha concluido.
Entre los asistentes se encontraba el diputado de Juventud y Deportes, Alejandro García, que ha ha subrayado la influencia de este sector por la generación de riqueza que aporta en diferentes sectores, el primero la hostelería, seguido de el transporte, la restauración, entre otros. «Representa valores históricos, económicos, ecológicos, culturales y artísticos», ha apostillado.
Igualmente, ha abordado las «enseñanzas» del festejo: respeto, primero al animal; segundo, al torero, «el que se juega la vida» y tercero al aficionado, «icono más fiel y profesional» dentro del mundo taurino y el que «paga la entrada».