Miguel Ángel Perera borda el toreo bueno en la Feria de Medellín
Corta la única oreja; Castella da dos vueltas al ruedo y Talavante oye los tres avisos en la última corrida de La Carolina
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Miguel Ángel Perera cortó la única oreja de la tarde en la corrida celebrada este sábado en Medellín. Fue en el cuarto, con el que bordó el toreo bueno en series por ambos pitones en redondo, muletazos largos con el temple de los elegidos finalizando de espadazo efectivo, informa mundotoro. Lástima que el pinchazo previo le arrebatase un trofeo más, pues la faena era de dos orejas.
Con el sexto toreó fenomenal con el capote, con cadencia sin igual, en verónicas lentas y preciosistas. Lamentablemente se vino a menos el toro que puso fin a la corrida.
Era la última corrida del hierro de La Carolina, después de 34 años lidiando en plazas colombianas. Sus propietarios, Santiago Uribe Vélez a la cabeza -que recibió el brindis de los toreros- han determinado por respetables motivos acabar con esta ganadería que muchas tardes se cubrió de gloria en los ruedos, cuenta Lopera en el citado portal taurino.
Y justamente para este adiós definitivo presentó ocho toros de impecable trapío pero de juego irregular, con el común denominador de irse a menos al final de las faenas.
Tres avisos
Alejandro Talavante, con permiso de la autoridad, lidió el primero y el quinto para coger un avión a México. Dejó la impronta de calidad en sus dos faenas, especialmente en su primero, al que el puntillero paró en tres ocasiones y le privó de pasear las orejas. En su segundo mostró toda la profundidad del toreo al natural en varias series con la zurda que emocionaron los tendidos. Una estocada muy tendida y los fallos con el descabello le hicieron escuchar los tres avisos.
El colombiano Sebastián Vargas mostró oficio y entrega, recibiendo el beneplácito de la afición; además remató pronto con los aceros.
Auténtico ídolo de Medellín es Sebastián Castella, que volvió a entregarse sin límite en sus dos toros, a los que toreó preciosamente con el capote, para endilgar luego faenas llenas de valor metido dentro de los pitones, exponiendo muchísimo. El Presidente le negó la oreja que pidió la plaza entera, obligándole a dar dos vueltas al ruedo, dejando su nombre en el corazón de las gentes.
La Macarena registró tres cuartos de entrada.
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