Con tan poco toro, pobre espectáculo en la Feria de Valdemorillo

Eduardo Gallo dio la única vuelta al ruedo y Curro Díaz dejó detalles con un fiasco de corrida de Pereda

Con tan poco toro, pobre espectáculo en la Feria de Valdemorillo paloma aguilar

andrés amorós

Por San Blas, en Valdemorillo, después del paréntesis invernal, la afición acude con hambre de toros. «La mejor salsa del mundo es el hambre», aclara Cervantes: con razón, como siempre. Se supone que los diestros también tienen hambre de torear y colocarse bien, a comienzos de la temporada. Pero el fiasco ganadero arruina todas las ilusiones: sin un toro encastado, con fuerza y bravura, todo el espectáculo se viene abajo. La corrida de Pereda y La Dehesilla ha estado mal presentada: incluso segundo y sexto han sido pitados, de salida, por chicos. Su juego ha sido muy decepcionante: hasta el mejor, el segundo, de una dulzura excesiva, hacía imposible la emoción. [Así hemos contado la corrida, toro a toro]

El primero se cae ya en los lances de recibo y pierde las manos media docena de veces. Curro Díaz muestra su estética en unas verónicas y una serie de derechazos (a la postre, lo más artístico de la tarde). El cuarto, chico y muy descastado, se para a mitad, acaba echándose. Curro se muestra compuesto, sin más. Para el recuerdo deja sólo un par de pinceladas.

¡Vaya nombre!

Al segundo le llaman «Ratita»: ¡vaya nombre para un toro bravo! Embiste como un carretón, justo de fuerzas, con nobleza empalagosa. Para los diestros actuales –supongo– el ideal. Eduardo Gallo, muy seguro, le da montones de pases. Hace falta muchísimo arte para que no nos aburra un toro tan dócil. El quinto se desentiende de los engaños, se para, huye: una triste estampa.

El mexicano Arturo Saldívar aguanta con firmeza las embestidas del tercero, mirón, poco claro. Mata con decisión pero entrando de lejos. En el último, manso, huido, se justifica.

Los tres diestros de este cartel no imponen el tipo de toro que quieren matar: es el mismo que vemos tantas tardes. Así nos va. El bondadoso público sale aburrido, desengañado. ¿Se convencerán los profesionales de que éste es un camino equivocado? Lo dudo.

Escucho un comentario: «¡Qué desastre de toros!» Y la rápida réplica: «Igual que el Real Madrid, esta tarde». No es un consuelo que el público salga de una Plaza de toros hablando del partido de fútbol...

Con tan poco toro, pobre espectáculo en la Feria de Valdemorillo

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación