Crítica de Danza

El viaje poético de Pep Ramis

El bailarín y coreógrafo ha presentado en el Teatro Central «The Mountain, the Truth & the Paradise»

Pep Ramis en el teatro Central Tristán Pérez

Marta Carrasco

En el escenario el tapiz negro ha desaparecido por una especie de pintura en polvo que lo ha convertido en blanco. En una esquina, junto a una ampliadora para pintar, el intérprete, Pep Ramis, que se enfrenta a un sólo con largo título, «The Mountain, the Truth the Paradise», una especie de viaje poético en el que el intérprete de la compañía Mal Pelo, va esta vez en solitario, acompañado por los textos de Erri de Luca.

Pep Ramis comienza a moverse con una precisión de metrónomo , sus gestos recorren todo el cuerpo con meticulosidad, y creando un universo en cada parte del mismo. Quiere construir un paisaje propio, un viaje por el que nos llevará a una montaña, a la verdad y al paraíso, tres iconos de la vida, en el orden y estética que cada uno quiere. El bailarín y coreógrafo dibuja el movimiento, pero no sólo, sino que también canta, dice los textos y finalmente dibuja con su pericia de artista multidisciplinar, para que no nos perdamos un momento del relato.

La obra es de una plástica muy bella y sutil, como si fuera un poema con versos que van encadenándose y con una banda sonora que desde la música clásica a lo popular, compone un mosaico tan etéreo como la escena. Es la madurez de Ramis la que pone ese punto de ternura y al mismo tiempo de osadía a la pieza, como cuando se sube en suspensión sobre la cuerda, o baila con un gorro oriental que parece la montaña que luego dibuja sobre el papel y se proyecta en la pantalla del fondo de la sala.

«Acostúmbrate a este paisaje, aprende la distancia que protege de la verdad de los hombres. Yo siempre he estado aquí. Y siempre estaré. Esperando», son textos de Erri de Luca que Pep Ramis introduce en varios momentos de la pieza como si bailara la palabra , igual que su cuerpo que gira, salta, corre o simplemente se desliza por ese escenario en el que el blanco ha teñido la cara y el cuerpo del artista.

«The Mountain, the Truth the Paradise» es una bellísima pieza de madurez de un artista de la talla de Pep Ramis, y lo de madurez no es un calificativo, es la realidad de que sin esa cronología vivencial seguramente la obra no tendría la misma sensibilidad y expresión. Ante tanto susto exterior que nos da la vida últimamente, el recogimiento de la danza de Ramis fue un remanso de paz .

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