Centra TNT
Ricardo Iniesta: «En el teatro priman ahora las caras televisivas»
El Laboratorio TNT Atalaya de Sevilla cumple su veinticinco aniversario, mientras la compañía prepara una nueva obra, «Elektra 25»
Ricardo Iniesta cumple este año doble aniversario. Veinticinco años del Laboratorio TNT Atalaya en Sevilla y cuarenta y cinco de su primer contacto con el teatro, en concreto con el grupo La Guadaña de Madrid. El director de obras como «El rey Lear» o «Madre Coraje» confiesa que, «hace cuarenta años de mi primera gira profesional con Lejanía, otro grupo madrileño y de cuando veníamos a Andalucía con teatro de calle».
Sin esos orígenes quizás Iniesta no habría «metido el gol» hace treinta años con el montaje de Lorca, «Así que pasen cinco años», aunque dice que en su formación como director, influyó su aprendizaje en el Berliner Ensemble de Brecht, y en París con Eugenio Barba. «Había formado un grupo en el 83 pero no acertaba a dar con la «piedra filosofal» de la dirección escénica. Esos dos meses con grandes maestros determinaron el futuro de Atalaya… En el teatro para bien o para mal no existe el duende… aunque sí la suerte que nosotros tuvimos en el estreno en Madrid».
Es una compañía que renuncia constantemente a la moda de las «caras televisivas» por eso apuesta por grandes montajes, y ahí están, «El rey Lear», «Celestina», «Madre coraje», «Marat-Sade»..., «cuento con un equipo de siete actores que tenemos que crecer juntos», afirma.
En este recorrido con la compañía Atalaya ha cumplido un papel especial el Centro Internacional de Investigación Teatral TNT, por donde han pasado más de un centenar de pedagogos y maestros en los últimos veitincinco años, de todas las nacionalidades. «Es nuestro campamento base y en el buscamos nuevos actores para incorporar a Atalaya, pero también sirve como reciclaje para los antiguos». El prestigio de este centro ha hecho doblar su oferta y extenderla a nivel internacional, teniendo este año más de treinta alumnos. Entre los que han pasado por el centro, Cristina Medina (la Nines de «Aquí no hay quien viva») , Antonia Gómez (de «Allí abajo» ), Garbiñe Intxausti (que ganó como un Max a Mejor actriz hace un par de años) y antes del Laboratorio estuvo por aquí José Luis García Pérez…»
El teatro y el centralismo
Dice Ricardo Iniesta con humor que en el teatro ya no hay divos, «los divos están en el fútbol que es donde se mueve el dinero », y que le han tentado muchas veces con mudarse a Madrid. «yo me vine de Madrid escapando de la movida… buscando un lugar alejado para crear un lenguaje propio, como hizo Eugenio Barba con el Odin Teatret… Durante años me alegré de aquel paso… Pero en la última década Madrid ha generado mucha actividad cultural , y con Atalaya hemos estado en las principales programaciones teatrales… en contraste con Andalucía donde apenas actuamos… Pero aquí hemos desarrollado un teatro social y comunitario que no hubiéramos podido hacewr en Madrid y por otro lado, un Centro como TNT es casi impensable allí… Aunque perdamos proyección, porque cualquier proyecto que se haga en Madrid está amplificado. Este país está cada vez más centralizado en este sentido».
Hace diez años pusieron en marcha el CENIT –Certamen de Nuevos Investigadores Teatrales, «nos llegaban muy pocas propuestas innovadoras…, había muchas propuestas de “teatro de tresillo” … Hemos tenido en estas once ediciones más de un millar de espectáculos inscritos, desde doce países europeos y otros tantos de Latinoamérica, y cada año aumenta el nivel de calidad y el carácter innovador… Respecto a Andalucía, al principio no nos llegaba ni una propuesta y hace tres años tuvimos que poner en marcha un certamen –la CINTA (Cita de Innovadores del Teatro Andaluz) que se hace a en la tercera semana de noviembre- que se dedica en exclusiva al teatro más innovador de Andalucía».
Uno de los proyectos más importantes en los que se ha embarcado Ricardo Iniesta fue la puesta en escena de «La Casa de Bernarda Alba» con un grupo de mujeres gitanas del Vacie de Sevilla, un barrio marginal. «Nosotros éramos conscientes de que trasladarnos a Pino Montano tenía como fin realizar también un trabajo de teatro social y comunitario. Silvia Garzón y yo recorrimos El Vacie antes de abrirse el Teatro TNT y organizamos un taller con mujeres y niños del asentamiento que no sabían que existiese el teatro. Al ver el nivel de fuerza expresiva que tenían, hablamos de realizar un montaje y Pepa Gamboa nos propuso la “Bernarda”… Ahí se hizo realidad nuestro lema de que otro teatro es posible» . Para Iniesta, tras esta iniciativa, «se comprueba que el teatro es una herramienta para empoderar a los sectores más desfavorecidos de la sociedad».
Una compañía estable
La compañía Atalaya está en el escaso ranking de las compañías de teatro estable de España, «s omos el único caso en nuestro país con un equipo de veinte personas fijas en nómina y manteniendo un teatro con tres salas distintas, entre ellas el teatro privado mayor de Andalucía; todo eso supone un desafío económico tremendo…. Y luego está el trabajo comunitario que realizamos con las mujeres del Vacie y los proyectos con la Unión Europea… Si ves la enorme actividad que generan el Centro TNT y Atalaya, entiendes el enorme gasto que conlleva y del que sumando las subvenciones de todas las administraciones apenas cubren un tercio; el resto sale a base de giras y más giras, especialmente en Cataluña y Castilla, porque en Andalucía pocas… Sólo en Seguridad Social gastamos más de lo que recibimos en ayudas de la Junta… », asegura el director teatral.
Sin embargo, a pesar de estos logros, no es muy optimista con respecto a la situación del teatro en nuestro país, y cree que la cultura ha pasado a un segundo plano con respecto a finales de los 70 del pasado siglo. «Pongo el ejemplo de que con la primera versión de “ Así que pasen cinco años ” con seis actores y una compañía que comenzaba, recorrimos más de 70 ciudades en dos años… Mientras que en la versión que montamos 30 años después con nueve actores, en tres años hemos recorrido la mitad… a pesar de ser Premio Nacional de Teatro y de tratarse de una coproducción con el Centro Dramático Nacional que alcanzó el número uno de la crítica en Madrid. Los programadores nos dicen… es que “ese Lorca es muy difícil”… “mi público no está preparado”. En el País Vasco ni siquiera se va a estrenar, mientras que la otra versión se realizó en las tres capitales y varias ciudades vascas… Ahora priman las “caras televisivas”… y a la vez resulta muy difícil para las compañías emergentes crear estructuras sólidas».
Sigue indagando en sus actores, buscando la capacidad de resistencia en todos los sentidos, «la capacidad de seducir y la verdad», y cree que al contrario de algunas quejas de quienes no van al teatro si no se pueden reir, dice que «al teatro uno no tiene que ir a “pasar el rato”… quien diga eso que vea “el club de la comedia”. Este país necesita que desde pequeños eduquen a las personas en que el teatro es un arte, no un entretenimiento».
Y el futuro ya está planteado, porque habrá una nueva producción en breve de Atalaya, « será “Elektra.25”, una revisión de la que hicimos en los noventa. Los 25 es por los años desde que se estrenó aquélla, por tratarse del 25º montaje de Atalaya, 25 años desde que murió Heiner Müller y 25 siglos –justos- desde que nació Eurípides; se estrenará en el Festival de Niebla el año que viene y también tenemos ya fecha para el Teatro Central. Paralelamente empezaremos con “El avaro” de Moliere para estrenarlo a principios del 21… que encarnará Carmen Gallardo, que no estará en “Elektra”… ahí además de todo, se va a reir mucho el público».
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