Los poemas del «Carmina Burana» convertidos en danza, en el Teatro de la Maestranza

La Crea Dance Company está compuesta por doce bailarines, creada por iniciativa privada y dirigida por María Rovira

Josep Guindo

Marta Carrasco

El teatro Maestranza se ha propuesto apostar por la la danza contemporánea en su programación. Si el pasado fin de semana fue la compañía del inagotable coreógrafo británico Wayne McGregor, este fin de semana, el sábado 29 es el turno de Crea Dance Company, que dirige la coreógrafa María Rovira, con una propuesta muy atractiva, el «Carmina Burana» de Carl Orff .

La obra, que se representa con música grabada , pone en escena nada menos que doce bailarines para los que María Rovira ha creado una coreografía respetando los 26 poemas de la cantata medieval que inspiró a Carl Orff, «habitualmente lo hacemos con orquesta y coros, pero en Huelva y Sevilla la hemos tenido que hacer grabada y sigue siendo emocionante. Es la misma versión minimalista de dos pianos, percusiones, el coro y cuatro solistas».

La obra, estrenada en 2018 fue un encargo del Centro Cultural de Tarrasa, «yo he trabajado con compañías de todo el mundo y me preguntaban si no me apetecía hacer el Carmina Burana, pero siempre he hecho obras con músicos contemporáneos, creaciones muy personales y el Carmina no sé porqué, nunca llegaba el momento y pensaba que muchas compañías tenían esta obra. Cuando volví a Barcelona después de estar dirigiendo el Ballet de Colombia, me dijeron que montara un “Carmina Burana” y dije, perfecto, ése era el momento. Fue una inspiración».

La coreografía de «Carmina Burana» de María Rovira es diferente, «preferí no hacer como otras compañías, que cogían cuatro canciones del Carmina y las unían para hacer un movimiento. Yo no, lo he hecho de otra manera, cada poema es una danza en esta obra».

Carrera internacional

María Rovira es una coreógrafa de dilatadísima carrera. Estudió en Barcelona y en el Centre Internacional de la Danse de París , además de en Estados Unidos con profesores como . En 1985 funda Tránsit Dansa compañía con la que crea más de 25 obras. En 1998 recibe el Premio Nacional de Danza y poco después funda el mítico espacio La Caldera, laboratorio de Danza donde se desarrollaron muchos proyectos.

A lo largo de su carrera, trabaja como coreógrafa con el Ballet Hispánico de Nueva York , y es de las pocas creadoras contemporáneas que colabora con el Ballet Nacional de Cuba bajo la dirección de Alicia Alonso. Sin embargo, con la llegada de la crisis económica, «el mundo de la danza en España se vino abajo. Yo había trabajado con muchas compañías en el extranjero y me llamaron del Ballet de Colombia y me marché. Allí estuve cuatro años poniendo en marcha ese proyecto. Luego me fuí dos años a Cuba a la compañía Acosta Danza . Regresé finalmente a España en 2017».

El proyecto en el que ahora está inmersa es la Crea Dance Company una iniciativa privada, «si tenemos una compañía de doce bailareines es gracias a la Crea Dance Foundation que constituyeron, Sebastián de Pascual, Lourdes de Pascual, que tiene una academia de Danza, y Marta Antich. Yo he trabajado en Estados Unidos donde muchas compañías nacen de las fundaciones, y eso es lo que estamos haciendo en Barcelona. Hace poco hemos estrenado un «Requiem» de Mozart muy especial y ahora nos han encargado la Novena de Beethoven» . A partir del año que viene la Fundación Crea iniciará un programa de formación de bailarines, «artistas que puedan bailar todas las disciplinas con buena base técnica y contemporánea».

María Rovira es una nómada de la danza . «Desde que tengo 26 años voy mucho a Latinoamérica, empecé en Costa Rica donde me envió mi maestro, Hans Züllig , bailarín de Pina Bausch. Allí se fueron muchos bailarines tras la Segunda Guerra Mundial por eso tienen esos maestros y esa forma de bailar. Me gusta ayudar a la danza por eso dirigí el Ballet de Colombia. Mire, la danza creo mueve el mundo».

Luego trabajó para crear la compañía Acosta Danza en Cuba, «había bailarines clásicos y contemporáneos, y yo soy de unir las dos técnicas». Y hace un año colaboró con Icíar Bollaín , en «Yuli», la película sobre la vida del bailarín Carlos Acosta . «Fue fantástico grabar en Cuba y hacer la película con esta directora. Maravilloso».

Confiesa la coreógrafa que, «cuando me fui a Colombia, en España el mundo de la danza estaba muerto. Pero a mi vuelta en 2017 el mundo de la danza estaba triste. La mayoría de compañías que habían hecho mucho por la danza, habían cerrado. Nunca entenderé cómo en este país que es tan artístico, la danza no está valorada. He vivido en países muy buenos, y en otros llamados del Tercer Mundo, pero éstos sin embargo tienen un alto nivel de arte, apuestan por la música y la danza, tienen orquestas. Aquí no es así. No nos preocupamos».

Trabajó en Sevilla en los inicios del Centro Andaluz de Danza , «me encantaba aquel proyecto», y cree que hay mucho por hacer, «además, hay primeros bailarines españoles en todas las grandes compañías. La danza siempre mueve los sentimientos, es bueno para la sociedad. Creo que cada Comunidad Autónoma debería tener un Centro de Creación Coreográfica. En Alemania cada ciudad tiene una compañía de danza y con residencia en un teatro. Ser coreógrafo es vocación, como ser director de cine. Yo siempre quise ser coreógrafa, no bailar, sino crear».

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