Libro
Pedro Álvarez-Ossorio: «Esperpento fue un grito de libertad en un país muy gris»
El director teatral y Pepa Sarsa recorren la vida de los protagonistas de cincuenta años de teatro en Andalucía
Mirar hacia atrás para ver el camino recorrido, es la frase con la que se inicia el prólogo de Salvador Compán , de este volumen con título shakesperiano: «La vida es un sueño... de verano» , con el subtítulo «De Esperpento a un teatro andaluz» , escrito al alimón por Pedro Álvarez-Ossorio y Pepa Sarsa .
El volumen, que han coeditado el Centro de Estudios Andaluces y la Asociación de Amigos del Teatro y las Artes Escénicas de Sevilla , es un recorrido por la historia teatral de cinco generaciones. Empieza en los años 60, cuando las consecuencias del Mayo del 68 inundaron la Universidad de Sevilla y un grupo de estudiantes clamaron, a través del teatro, por una libertad que entonces no existía.
Recuerda Pedro Alvarez Ossorio cómo comenzó el grupo Esperpento . «Los estatutos se redactaron en Chipiona , los hizo Amparo Rubiales . Yo acababa de salir del seminario y trabajaba de tutor de unos chavales, pero a la hora de la siesta, que tenía libre, me reunía con Amparo y así surgió».
Álvarez Ossorio y Amparo Rubiales se conocían del grupo Tabanque «y decidimos montar Esperpento. Le propusimos a Joaquín Arbide que se hicieran dos grupos de producción, ideológicamente diferentes. No quiso y nos fuimos».
El grupo fundacional fueron doce. Además de Rubiales y Ossorio, Juan Carlos Sánchez, Carmen Cordero, Isabel Sáncho, Miguel Rellán, Roberto Quintana, Antonio Andrés Lapeña, Justo Ruiz, Pablo Juliá, Luis Baquero y Carlos Ortega . « José María Rodríguez Buzón se incorporó después. Estuvimos juntos en Tabanque y luego se vino a Esperpento».
Pero confiesa Álvarez-Ossorio que no eran conscientes de lo que estaban haciendo, es decir, iniciar lo que era el teatro independiente en Andalucía . «Era un intento desde el teatro universitario del que formábamos parte, de ir hacia un teatro profesional que estuviera fuera del teatro comercial al uso».
La primera obra que montó Esperpento fue «Antígona» . «Retomamos el montaje que habíamos hecho en Tabanque, dándole una revisión. Se estiliza la escenografía con cuatro cráneos de toro. Aquella «Antígona», que protagonizó Amparo Rubiales, nos duró dos o tres años».
Eran jóvenes y rebeldes, por eso Álvarez-Ossorio es tajante al decir que «era un teatro con ideología, fundamentalmente antifranquista. Nuestro ideólogo teatral era Beltolt Brecht . La siguiente obra fue ‘Farsa y licencia de la reina castiza’, de Valle Inclán , y era la búsqueda de un teatro popular. Creíamos que el teatro estaba limitado a un público muy burgués. La obra se estrenó en el Pabellón del Perú, con un telón que pintó Carmen Laffón . Esperpento era más que un colectivo de teatro, pues apoyaban gente de la Cultura, gente que luego fue un político como Alfonso Guerra o un pintor como Rolando Campo s o músicos como el grupo Smash! ... Era un colectivo multidisciplinar».
Recuerda que más que problemas con la Policía , los tuvieron con la censura. «A mí me fueron una vez a detener y le dieron un chivatazo a mi padre que era de derechas y consiguió que me quitara de enmedio. Pero sí tuvimos un problema con un comisario de Lugo con la segunda obra, ‘Cuento para la hora de acostarse’. La denunció y no pudimos estrenar. Nos hicieron un consejo de guerra . En aquella época pedías permiso y te lo daban para una o dos representaciones y en cada sitio podía ir un censor ... era terrible. Por lo de Lugo nos pusieron una multa de 50.000 pesetas que para nosotros era una fortuna».
Les prohibieron una obra, apunta Pepa Sarsa, pero no la censura curiosamente. «Querían poner ‘La indagación’, de Peter Weiss , pero él se negó. Se declaró el estado de excepción en España y Weiss no quería que en un país así se pusieran sus obras».
En 1973 se escinde un grupo de Esperpento y se crea Mediodía . «Aún ahora no tenemos claro el porqué de esa separacion», dice Ossorio. Esperpento duró 20 años , hasta diciembre de 1988, cuando se monta el Centro Andaluz de Teatro (CAT) y nombran a Roberto Quintana su director. Muchos de los componentes del grupo se integraron como profesores.
El libro recorre la vida teatral de Álvarez-Ossorio, con episodios como el Instituto Andaluz de Teatro , la sala San Hermenegild o que Alvarez Ossorio dirigió, el CAT, hasta la sala La Fundición de hoy día. «Hemos recurrido al Centro de Documentación de las Artes Escénicas y al Archivo de ABC , donde se han encontrado mucha información. El libro está muy documentado», explica Pepa Sarsa.
Álvarez-Ossorio dice que «estábamos politizados , pero nunca fuimos de ningún partido. Esperpento fue un grito de libertad en un país entonces muy gris . El teatro es militante, siempre, si no, no puedes. Esperpento fue el primer hecho del teatro independiente de Andalucía , fue el origen».
En el libro, Pepa Sarsa realiza una larga entrevista al director teatral, quien reconoce que en aquella época, «anímicamente estábamos muy protegidos por gente de alrededor que te apoyaba. Hoy no, hoy los grupos de teatro no están apoyados, van a pulmón. La situación de hoy no tiene la solidaridad de aquellos años».
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