FLAMENCO

Olga Pericet, una ortodoxia renovada

La bailaora presentó en los Jueves Flamencos de Cajasol su espectáculo «De una pieza»

Olga Pericet durante su actuación ABC

MARTA CARRASCO

Olga Pericet es una bailaora cordobesa que intenta renovarse día a día, siempre lo ha hecho y nos sorprende cada vez más conservando dentro de la ortodoxia, un planteamiento del flamenco que rezuma a siglo XXI. Eso ha ocurrido con su espectáculo «De una pieza» presentado en el ciclo los Jueves Flamencos de Cajasol .

Con el cante y la mandola de José Angel Carmona , la guitarra de Antonia Jiménez , el cante de Miguel Lavis y la colaboración en el baile de Juan Amaya «El Pelón» , Olga Pericet jugó con los sonidos electrónicos en su presentación, después con la voz grabada de Agujetas y cantes del antiguo folklore español, y así, con una serie de taburetes en el escenario de esa sala (tan poco flamenca y teatral), consiguió incluso que nos creyéramos que había una escenografía.

Inspirada en los principios del Tangram , una especie de rompecabezas chino que finalmente conforma un todo, la artista ha escogido antiguas coreografías para unirlas en este espectáculo donde desgrana sin ningún rubor sus enormes cualidades técnicas y bailaoras.

Si el inicio por rondeñas fue soberbio, no se quedó atrás el momento de los abandolaos, donde tocada con un sombrero de verdiales y bata de cola, realizó un virtuoso baile acompañada por palillos. Tiene recursos sobrados para ejecutar cualquier estilo. En los abandolaos estuvo divertida, sensual y graciosa, para ponerse grave y firme en la seguiriya que le cantó Miguel Lavis, donde hizo saber que su zapateado también es potente y pisa firme en los palos de enjundia.

Olga Pericet, en el apellido lleva el sabor de la danza española, sabe cómo estar en escena, y se muestra segura y firme , baile en pantalones, en bata de cola o en traje liso de diseño actual. Al final nos propone un momento glorioso por cantiñas acompañada de mantón. Ahí se ve la Pericet más completa, con todo tipo de gestos, escorzos, zapateado, movimientos imposibles con un gran mantón para su envergadura, y sobre todo flamenca. Fue una noche de disfrute de baile , que hace mucha falta.

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