Crítica de Danza

María Rovira convierte «Carmina Burana» en una trepidante y coral coreografía

La Crea Dance Company estrena en el teatro de la Maestranza una obra sobre la famosa partitura de Carl Orff

Josep Guindo

Marta Carrasco

Llevamos dos semanas en Sevilla de excelencia dancística. Y me explico. Si la semana pasada fueron dos grandes obras y compañías, «Celui qui tombe» del Centro Coreografico de Grenoble con Yann Bourgeois en el Teatro Central, y Wayne McGregor con «Autobiography» en el Maestranza, este fin de semana repetimos oferta de calidad con «Möbius» de Cie XY y Rachid Ourandame en el Central, y «Carmina Burana» de María Rovira con la Crea Dance Company en el Maestranza . Y todas las funciones a teatro lleno. Es decir, que el público soberano, cuando se le ofrece calidad, llena los coliseos.

María Rovira es una excelente coreógrafa que en 1985 creó su primera compañía, «Transit Dansa» en Barcelona, con la que llevó a cabo más de 30 obras. Ha trabajado con compañías como el Ballet Hispánico de Nueva York, e invitada en varias ocasiones por Alicia Alonso en el Ballet Nacional de Cuba, para el que crea, «Extravío, Escape» (coreografía reconocida en el Gran Libro de Honor del Teatro de La Habana), y «Tierra y Luna», para celebrar el 50 aniversario del Ballet Nacional de Cuba. Recibió el Premio Nacional de Danza en 1998, y tras una larga estancia de seis años dirigiendo el Ballet de Colombia y poniendo en marcha el Acosta Danza en Cuba, regresa a España para ponerse al frente de la Crea Dance Company, una iniciativa de índole privado, con financiación de varios mecenas a la manera como nacieron en los años 40 del pasado siglo, compañías como el American Ballet.

La primera creación de Crea Dance Company ha sido «Carmina Burana» , estrenada en 2018, con la música de Carl Orff, y doce bailarines en escena. Aunque habitualmente la compañía suele interpretarla con coro y orquesta en directo, en el teatro de la Maestranza ha tenido que ser con una versión grabada por la propia compañía, que no le ha restado emoción a la Danza.

Rovira ha optado por no unir los Poemas de Beuren (siglo XIII), y hacer tantos movimientos como poemas, por lo que la coreografía es una sucesión de escenas que comienzan por un impresionante solo y termina de la misma manera. En medio de estos casi 70 minutos de danza, se suceden dúos, tríos, sólos y sobre todo grupos corales trepidantes donde destaca la originalidad del lenguaje coreográfico, con multitud de detalles en los portés, ejecución de giros, danza contacto, elementos de danza urbana, clásicos y sobre todo, una enorme vitalidad que imprime una lírica expresiva e hipnótica. Hay momento para la hilaridad, para la ternura, para el amor, la lujuria, sin olvidar lo tenebroso y la esperanza.

Los doce bailarines son excelentes , y cumplen con gran técnica las exigencias que son muchas, de la coreógrafa. Entre ellos, Keyvin Martínez, con quien María Rovira trabajó junto a Iciar Bollaín en la película «Yuli» sobre el bailarín cubano Carlos Acosta.

La coreografía se acomoda a la par a esta partitura musical tan conocida y exigente y que se ejecuta ante un escenario desnudo donde es el diseño de luces de Rhazil Izaguirre el que da carácter y dramatiza cada escena.

Van dos fines de semana de danza excelente en Sevilla. Parece que si bien eso era algo mas habitual en el Teatro Central, también comienza a serlo en el Maestranza, de lo que nos alegramos enormemente, porque como se ha comprobado, a pesar de ser puente y del mal tiempo, el teatro estaba lleno. Cuestión de calidad y de insistir. María Rovira prepara ahora una Novena de Beethoven , ahí lo dejo y que no tengan que pasar cuatro años.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación