Teatro
Manolo Monteagudo vuelve a convertirse en «Viginia»
El actor recupera uno de sus personajes más exitosos tras seis años de paréntesis, y estrena en la Sala Cero
Manolo Monteagudo (Granada, 1962 ) se vuelve a convertir en «Viginia» a partir del jueves día 23 en sala Cero. Una «Viginia» así, sin la erre, en su personaje de «Taí Viginia» , una obra que estrenó hace veinticuatro años, pero a la que recurrentemente vuelve cada varios años debido a la gran acogida y éxito que la obra ha tenido siempre.
Pero hacía seis años que no se convertía en «Viginia»: «Es la etapa más larga sin hacerla. En la primera etapa la hacía mucho y giró por toda Andalucía. Luego tuve un parón de cuatro años cuando mi madre murió , porque de alguna forma el espectáculo tiene mucho del alma de mi madre. Fue en el 2008 y ahí paré. Yo no tenía el impulso de hacer la función. He vuelto ahora cuando he sentido que tenía el motor para hacerla. No es una cuestión económica porque he tenido mucho trabajo, pero en esta función tengo que tener la energía y las ganas de hacerla».
«Taí Viginia» exige a Monteagudo un esfuerzo grande, «son setenta minutos solo en el escenario. Además, la estrené con 33 años y ahora tengo 57». Lleva un mes ensayando un texto que cuenta una hora de la vida cotidiana de una anciana con alzheimer, que vive abandonada en su casa. Una historia que nos habla de la vejez, la soledad y la locura a través de un humor ácido y negro. Hasta ahora lleva realizadas unas 1.000 representaciones y atesora cuatro premios de teatro.
Sin la erre
Dice con humor que empezó muy joven a hacer de una mujer de ochenta años, «pero cada vez más me voy acercando, el tiempo juega a mi favor. La obra ha envejecido muy bien, el espectáculo sigue siendo el mismo, he cambiado muy pocas cosas. Yo sí he cambiado, y en este tiempo me han pasado muchas cosas. Incluso tengo goteras que cuando estrenamos no tenía, pero de alguna forma el tiempo me va acercando a algunas cosas del personaje».
Recuerda Monteagudo que cuando se estrenó, dirigida por Guillermo Rodríguez, «la obra ya vimos que tenía mucha potencia». Y sí, aunque se diga «Virginia» en realidad es «Viginia», «porque yo tenía una tía que se llamaba Virginia, y mi madre siempre decía, llama a Viginia, y así se quedó».
Monteagudo no ha parado, ha estado haciendo obras tan dispares como «Romeo y Julieta» o «El asesino de la regañá» , y confiesa que le gusta cambiar de estilos, «desde joven me ha gustado variar, aunque creo que me siento muy cómodo en la comedia. Eso sí, con Teatro Clásico he tenido la oportunidad de hacer Shakespeare, que no había hecho, he actuado en «Rey Lear» , o don Latino de «Luces de Bohemia» , me gusta cambiar de género, de director. Me enriquece».
En «Taí Viginia» el público también reacciona de diferente manera, «a veces hay gente que se ríe y otras en el mismo momento no y se preguntan por qué ríen de estas cosas tan dramáticas, pero en la obra hay cosas que la gente se va a reir. Para mí la comedia siempre se tiene que hacer desde la seriedad, y si tiene su punto de humanidad, mejor».
Sin duda, sería actor de volver a tener que elegir, «soy carne de teatro pese a que el cine y la tele te den una proyección que nunca te da el teatro, pero yo estoy contento así». Dice que en esta profesión, «en la que hay tanta vanidad, ésta se puede utilizar para ponerse retos y hacer cosas. Pero hay que bajarse del escenario y convertirse en humano y cuando te pones a desmotar el escenario y cargar el camión, entonces el ego se queda en la puerta. Hay muchas personas que salvan vidas o son maestros..., y nadie les aplaude. En esta profesión no eres dios».
Le gustaría haber trabajado con Lluis Pasqual, José Luis Gómez o Narros , «pero trabajo mucho con Zurro y he trabajado con José Carlos Plaza », y confiesa haber encontrado un texto contemporáneo que quiere poner en escena «y tiene un puntito de humor».