Cultura

Festival de Danza de Itálica: «Minotauro», la última creación sevillana de Rubén Olmo

El certamen se inauguró con un espectáculo de calle de la compañía Nadine Gerspacher

Inauguracion del Festival de Italica con el espectaculo “Nua” de la cia. Nadine Gerpacher Raúl Doblado

Marta Carrasco

«La muerte de un Minotauro» Homenaje a Salvador Távora , obra del sevillano Rubén Olmo , inaugura este año las noches del teatro romano de Itálica dentro de la programación de la edición 2019 del Itálica Festival Internacional de Danza que se extenderá hasta el próximo día 20 de julio, y que ayer 24 abrió la compañía de Nadine Gerspacher con un espectáculo de calle.

«Se trata de rendir homenaje a una de las personas más importantes del teatro en España, a quien yo admiraba mucho, que era de mi barrio, el Cerro del Águila, y que fue durante mucho tiempo, mi inspiración», declaró Rubén Olmo.

El bailarín y coreógrafo, que el próximo septiembre se incorpora como director al Ballet Nacional de España , declaró que esta obra, «es mi despedida de Sevilla. Se trata de una producción del Festival y la idea era que hubiera girado, pero el nombramiento lo cambió todo. En cualquier caso, este festival hace como otros, un gran montaje para la inauguración».

Olmo ha contado en la dramaturgia con la colaboración de Pilar Távora , «Pau Vallés, sustituye a Dani de Morón por enfermedad, y como no podía ser de otra forma, al final interviene la Banda de Cornetas y Tambores de las Tres Caídas».

El montaje está dividido en nueve escenas, «y cada una cuenta un momento de las ocho víctimas dentro del Laberinto. El argumento parte del mito clásico desde la última escena de luna llena».

Olmo, que interpretará el personaje del Minotauro , hizo una audición para elegir a las nueve bailaoras solistas, «la música está inspirada en sonidos griegos, de trompas y arpas con el apoyo de la Orquesta Bética de Andalucía bajo la dirección de Manuel Bustos, y también contamos con el coro de las voces blancas de Lux Aeterna de Los Palacios».

La obra transcurre por palos como la zambra, soleá, seguiriya, «el latido flamenco está en la música. Hacemos un pasodoble místico, como el que se hace en los funerales en Cuba que es la «Pasión de Távora».

Sin apenas escenografía, «no hemos querido tapar la belleza del escenario natural del teatro romano», la obra recrea el Laberinto con una serie de elementos cúbicos, «en algo muy picassiano».

La realización de la coreografía es obra de Rubén Olmo, «no intento imitar a Távora, está su esencia , pero no se trata de recrear a nadie, sino de sentir su alma. Pero sí está su forma de coreografiar a las mujeres. Su inspiración fue Manuela Vargas, una bailaora que a mí también me ha inspirado muchísimo», declaró.

Ballet Nacional

Para Rubén Olmo, éste será su último trabajo en Sevilla antes de incorporarse al Ballet Nacional de España el próximo septiembre como director. «Del 2 al 4 de julio haré audiciones para elegir al elenco, y luego a partir del 1 de septiembre, me incorporo al Ballet». Anunció que, con motivo del centenario del nacimiento de Antonio Ruiz Soler, Antonio el Bailarín , tiene en proyecto realizar un espectáculo homenaje para el que se ha puesto en contacto con el teatro Maestranza. «Haremos coreografías de Antonio como Eritaña, Zapateado de Sarasate, el Sombrero de Tres Picos y Fantasía galaica, y todo ello con la colaboración de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Será para la temporada 2021». Rubén Olmo fue también director del Ballet Flamenco de Andalucía y posee el Premio Nacional de Danza.

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