Estreno de «Là», una obra para dos intérpretes y un cuervo, en el Teatro Central
Presentación en Sevilla de la Compañía Baro d'evel cirk compuesta por el dúo Camille Decourtye y Blaï Mateu Trias
Hay gran expectación en la ciudad ante el estreno (14 y 15 de febrero, a las 21.00) de «Là» en el Teatro Central, una obra puesta en escena por Camille Decourtye y Blaï Mateu Trias, este dúo francocatalán fundador de la compañía Baro d’evel cirk .
Dos intérpretes y un cuervo son los que se apropian de la escena que, en lugar de desarrollarse en alguna de las dos salas del teatro, se lleva a cabo en la parte trasera del escenario, es decir, en la chácena. El montaje cuenta con la colaboración especial en la dirección de María Muñoz y Pep Ramis de la compañía Mal Pelo.
La compañía Baro d’evel cirk nació de un colectivo en 2001 y su forma de trabajar la dramaturgia es superponer diferentes disciplinas y materias, y a modo del circo poco tradicional, suelen trabajar con animales, en este caso un cuervo, el movimiento, la música, la concepción del espacio y la búsqueda de la plástica que componga las diferentes escenas. Finalmente, la construcción dramática de cada montaje depende de un guión pero también de una improvisación medida.
«Là» la forman tres personajes. Un hombre, una mujer y un cuervo, llamada Gus. Sobre un decorado de un blanco inmaculado, los artistas se observan, se comunican, caminan a la búsqueda de un lugar: «Là», que es danza, circo, música y artes plásticas a la vez. La obra cuenta con la colaboración en la dramaturgia de Bárbara Métais-Chastanier y la escenografía de Lluc Castells .
Los intérpretes de esta pieza son Camille Decourtye , que estudió canto en el conservatorio, donde desarrolló su voz, antes de orientarse plenamente hacia el circo, pasando por el prestigioso Centro Nacional de las Artes del Circo (Francia). Por su parte Blaï Mateu —hijo del gran Tortell Poltrona— también se forma en el mismo centro que su compañera. Son ambos dos artistas circenses que se alejan de sus corsés tradicionales. Ambos consiguen que «Là» sea un espectáculo que acaba con la delgadísima frontera que se suele establecer entre danza y circo.