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«Un enemigo del pueblo»: Irene Escolar, la alcaldesa de Ibsen
La actriz estrena en el Teatro Central la adaptación que de este clásico del teatro ha realizado y dirigido Àlex Rigola
Dicen que a veces la realidad supera la ficción, o a lo mejor es que la ficción, al menos en el teatro, es como una premonición. Algo así debe ocurrir con el texto de Henrik Ibsen que, escrito en 1883, está de plena actualidad. El director Alex Rigola ha hecho una versión libre de la obra de Ibsen «Un enemigo del pueblo (Agora)» y la ha dirigido con un elenco de lujo: Nao Albet, Israel Elejalde e Irene Escolar, entre otros actores, obra que se estrena este fin de semana en el teatro Central.
Irene Escolar, es la sexta generación de actrices de su familia, los Gutiérrez Caba , toda una saga ilustre del teatro español. Goya revelación por la película «Un otoño sin Berlín», la actriz dice que el texto de Ibsen, «revela que aunque haya pasado tanto tiempo, la sociedad se sigue rigiendo por los mismos mecanismos de poder, de falta de libertad de expresión, y de conflictos que ponen de verdad sobre la mesa cual es nuestra ética. Es claro que el personaje del alcalde que yo interpreto, en 1883, no lo interpretaría una mujer, claro está».
La obra tiene una curiosa puesta en escena, «no voy a revelar mucho para no desvelar la sorpresa, pero sí el público participa, hay una votación, y creo que la gente que venga a ver el espectáculo no debe sólo sentarse para ver una historia, sino implicarse en ella, y salir luego para reflexionar».
Para Irene Escolar, trabajar sin «cuarta pared», «es algo que te mantiene muy viva, hablas a la gente de verdad. Es más complicado y por supuesto estás sin red, no te puedes agarrarte a nada».
Dice sentirse afortunada porque ha podido elegir cómo conducir su carrera, «tengo suerte porque en mi casa han visto natural que yo me dedique al teatro, y me han animado, y claro que les pido consejo a mis tíos Emilio y Julia, pero ellos son mi familia, y no los puedo ver de otra manera, la verdad, el teatro es mi forma de vida desde siempre».
Esta actriz, que de pequeña se escondía entre cajas para ver a su abuela, la gran Irene Gutiérrez Caba, jugaba con ella a recitar «Romeo y Julieta», «yo era Julieta, claro», dice, y tenía en casa de sus abuelos un paraíso en forma de cuarto de vestuario teatral con el que jugaba, «era un cuarto lleno de magia».
Confiesa que es afortunada, «yo nunca tuve que explicarles a mis padres que me quería dedicar al teatro . Me he sentido apoyada y animada, siempre. A mi el teatro me ha permitido encontrar un refugio, una manera de comunicarme y de expresar lo que sentía».
Llevando sin embargo el teatro en el ADN, cree que además de un don, de genética, que es real en su caso, «sí, creo que hay algo dentro, y que ciertas cosas se pasan de generación, y creo que sí he heredado la pasión por contar historias, pero tanto mis padres como toda mi familia se dedica a esto desde hace siglos , y eso está dentro de mí, no lo he podido evitar. Pero también hay mucho trabajo, y cuanta más formación tengo y me junto con personas que me alimentan me doy cuenta de lo exigente que es esta profesión, que necesita resistir».
El próximo diciembre estrenará la obra «Hermanas» de Pascal Rambert junto a Bárbara Lennie, en el teatro Central. «Será el estreno mundial y es una de las funciones más exigentes a las que me he tenido que enfrentar. Exige mucha memorización, mucho trabajo, es casi como preparse una oposición, es muy duro».
Cree firmemente en la importancia de la riqueza de los textos para elegir la obra que quiere interpretar, «y también en esa elección hay algo de intuición, pero tienes que contar una buena historia. Claro que también quiero un buen director con el que una conecte y que me enriquezca. Y eso es algo que me pasa con Alex Rigola desde hace años».
Su mente inquieta está ya pensando en nuevos proyectos, «de momento estoy sumergida en «Hermanas» y sí estoy pensando en algo muy bonito con una autora..., pero no, de momento no lo voy a decir», asegura.
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