Crítica de Danza
La creación de Canarias apuesta por propuestas íntimas
El Mes de Danza dedica varios días de programación de sala a cinco coreógrafos
![Daniel Morales, presentó en el Mes de Danza la pieza titulada «Invisible!»](https://s1.abcstatics.com/media/cultura/2019/11/06/s/Danie-Morales-kV9C--1248x698@abc.jpg)
Buena iniciativa del Mes de Danza dedicar dos días monográficos a la danza de Canarias, única forma ésta de poder contemplar la creación de las islas que lamentablemente pisa muy de vez en cuando Andalucía.
En este caso un programa que se desarrolló en la sala Manuel García del teatro de la Maestranza con cinco propuestas, cuatro solos y los tres componentes de la compañía Carmen Fumero .
Un aspecto común a todos los creadores canarios fue la intimidad de las propuestas, que se desarrollaron además en general, con buenas bandas sonoras, algunas basadas en la música electrónica tan de moda en la danza contemporánea hoy día, y la bella incursión de Beethoven en la pieza de Daniel Morales.
Élida Dorta presentó «M», un reencuentro con su cuerpo tras su reciente maternidad. A modo de performance más que de pieza coreográfica, usó telas para conformar un cuerpo femenino, e incluso sus largas trenzas africanas rubias como parte de la propuesta escénica. Muy buen trabajo en teclados y voz de Rebeca Píriz Ugidos .
Carmen Macías presentó la pieza «Y también mañana» en la que la intérprete concentra su atención en el desarrollo progresivo del movimiento de su cuerpo, conformando una coreografía en proceso. Muy interesante trabajo.
Como también lo fue el de Laura Marrero titulado «Descarga», que con unos tacones de gran altura, toma el espacio haciendo un buen trabajo de cuerpo. El montaje ha contado con la colaboración de la coreógrafa Carmen Werner .
Daniel Morales presentó lo que me pareció la propuesta más potente de la noche, tanto por la composición escénica como por la potencia dancística del intérprete. Titulada «Invisible», la música y los silencios acompañan a los movimientos de Morales quien me recuerda en algunos momentos a los solos iniciáticos de Emanuel Gatt. El cuerpo de Morales parece partirse en dos en momentos en los que utiliza el torso. Especialmente potente con la música de Beethoven en la recta final de la pieza.
La compañía de Carmen Fumero cerró la noche con «Un poco nadie», una pieza para tres bailarines que explora las relaciones humanas. La pieza va de menos a más, sobre todo en el paso a dos de Fumero y Miguel Zomas de una bellísima factura.
Buena noche de danza, algo íntima en algunos momentos pero que revela que lo contemporáneo se mueve en Canarias con mucha soltura y que debemos asomarnos más a ver lo que hacen los vecinos de cualquier lugar. Sólo así enriquecemos nuestro patrimonio personal de la danza.
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