Critica de Danza

«Cola Colective», una performance danzada

Juan Luis Matilla/Mopa hacen el estreno absoluto de la nueva pieza en el teatro Central

Los intérprtetes de «Cola Collective» estrenada en el teatro Central

Marta Carrasco

La compañía sevillana Mopa se define como un organismo vivo que cambia de tamaño en función del proyecto, y así lo ha hecho en esta nueva pieza, cuyo estreno absoluto hemos podido ver este fin de semana en el Teatro Central.

«Cola Collective» es una obra que parte de un estudio previo realizado por Juan Luis Matilla , alma de Mopa, sobre los trabajos de Schneider y D. Reed, «El origen musical de los animales-símbolos en la mitología y la escultura antiguas» en el que hace una traslación de la armonía musical al movimiento ordenado según las cadenas musculares y puntos generadores de movimiento.

A partir de ahí, la compañia decidió realizar una obra sobre cómo seríamos los humanos si aún llevásemos cola y las consecuencias simbólicas y motrices que de esto se derivan. Con esas premisas se pusieron manos a la obra para construir una cola, realizada por Javier Dastis Bendal junto con Juan Luis Matilla y como resultado de ello cada uno de los tres intérpretes luce en el escenario una cola mecánica cuyo movimiento está controlado por manos y pies y permite su integración en el movimiento coreográfico, realizando no pocas escenas desconcertantes y asombrosas.

El montaje tiene mucho de performance, circo, clown, humor y danza, y no necesariamente en ese orden. La música está interpretada por el propio Matilla, que lo hace desde su montaje, «Sad Danza Therapy», con un teclado con el que conforma ritmos y melodías que danzan o cantan los tres intérpretes.

Matilla además, hace la genialidad de inventarse un idioma ininteligible, pero que expresa con gestos, y que es absolutamente hilarante en algunos momentos. La pieza tiene momentos de humor en el inicio, que buena parte se debe a la perfecta concentración de Laura Morales Dávila, Iñaki Erdocia y Juan Luis Matilla , imbricados en un teatro de lo absurdo, con cola, que todo lo puede.

Quizás la falta de dramaturgia hace que la obra decaiga justo en su ecuador y vuelve a levantar cuando Laura Morales se dedica a cantar aquellos temas de «casettes de gasolinera» en un momento realmente cómico y divertido.

Mientras las colas que lucen los intérpretes han sido multiusos: han bailado con ellas, han dado golpes, formado corazones o simplemente se han sentado en sillas con huecos para ellas. «Cola collective» es un ejercicio de humor y de recursos escénicos en manos de tres estupendos intérpretes, con un puntito de locura performática que siempre viene muy bien.

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