Un ballet clásico de piratas con más amor y menos espadas

Martínez ha sido el único español étoile del Ballet de la Ópera de París, donde fue aceptado en 1987 bajo la dirección de Rudolf Nureyev y en la que fue bailarín durante 24 años. Es de los pocos intérpretes que ha recibido los tres premios internacionales más prestigiosos: el Premio Benois de la Danza, la Medalla de Oro del Concurso Internacional de Varna y el Premio de Lausanne, además del Premio Nacional de Danza en 1999.

Tras su jubilación en la Ópera de París donde realizó diversas coreografías, entre ellas, la exitosa obra, 'Les enfants du Paradise', Martínez aceptó la dirección de la Compañía Nacional de Danza, cargo que ostentó desde 2011 hasta 2019 y donde creó un clásico 'Don Quijote'. A su salida de la misma, regresó a su carrera como 'free-lance' en el mundo de la coreografía, siendo también el primer coreógrafo español que por dos años consecutivos ha realizado la pieza de ballet que anualmente se emite en el tradicional concierto de Año Nuevo desde Viena.

Su carrera como coreógrafo le ha llevado a trabajar con los ballets de Shanghai, Zagreb o Roma, y con éste último estrenó en marzo de 2020 una nueva versión de 'El Corsario', que ahora ha repuesto con el Ballet de Eslovenia.

El Ballet de Eslovenia es una de las más sólidas compañías de ballet europea, creada en 1919 y dirigida hoy por el bailarín y coreógrafo italiano, Renato Zanella , con quien Martínez comparte maestra, la histórica Rossella Hightower. Zanella también estuvo diez años al frente del Ballet de la Ópera de Viena.

'El Corsario', como no podía ser de otra manera, es una historia de amor. Inspirado en un poema de Byron, se estrenó en la Ópera de París en 1856 con coreografía de Joseph Mazilier y música de Adolphe Adam. Cuenta la historia de Medora, una joven griega que es vendida a Pachá por un mercader de esclavos, y que se ve rescatada por su enamorado, el pirata Conrad. Hay en esta versión, reducida del original de cuatro actos a dos, mucho más amor y menos espadas.

Martínez se ha inspirado para su creación en la segunda versión que de esta obra hiciera Marius Petipá para el teatro Mariinski en 1899. Al contrario que otras versiones, Martínez ha destacado mucho más los principales papeles, quizás en homenaje a aquel magistral e histórico dúo que popularizó este ballet y que bailaban Margot Fonteyn y Rudolf Nureyev. En este caso, los protagonistas son Susanna Salvi y Kenta Yamamoto en los papeles de Medora y Conrad. Una anécdota en el elenco: la participación de jóvenes promesas de la danza local que Martínez ha incorporado a la figuración con alumnos del Conservatorio Profesional de Danza de Granada.

La compañía eslovena es un ballet compacto y así se demuestra en las acciones de conjunto, donde Martínez mueve con solvencia y eficacia los movimientos grupales, los solistas, así como el tradicional paso a cuatro, que no falta, y la coda de los protagonistas. Algunos momentos de descoordinación que no le quitaron brillantez a la coreografía, que es contundente, y que en esta versión de la original de Roma, se ha visto reducida de setenta a cuarenta bailarines.

Realizado a la manera tradicional, con el uso de la mímica de la danza con eficacia, este 'Corsario' tiene un ritmo más trepidante que otras versiones y la historia se comprende mucho mejor. A destacar el nivel de interpretación de Susanna Salvi, una bailarina forjada por la genial Carla Fraci (cuya biografía interpretó Salvi para el cine), y que ha heredado de su maestra la delicadeza y la elegancia en escena. Por su parte, Kenta Yamamoto interpretó con eficacia su papel de pirata enamorado, con buena técnica y magnífica extensión en saltos, aunque alguna descoordinación puntual en los 'remates' de los giros con pirueta.

La compañía tiene el buen poso de los vinos añejos, con una gran historia detrás que le permite embarcarse en estos montajes tan tradicionales con seguridad, sobre todo si van de la mano de uno de los grandes coreógrafos españoles que ha bailado y tan bien conoce el repertorio clásico y al que le ha salido un romántico 'Corsario' que seguro tendrá gran recorrido escénico.