«Los árboles (Un Chéjov andaluz)», una obra de Teatro Resistente
La compañía andaluza ofrece un acercamiento a nuestra historia reciente en el Teatro Central
Los componentes de Teatro Resistente tienen una frase que los define: «Hacemos teatro para juntarnos con gente que hace teatro, y cuando no hacemos teatro, nos marchitamos», afirman. Así, para ellos reunirse y hacer teatro resulta algo natural y necesario, por lo que la obra que este fin de semana, los días 14 y 15 de febrero presentan en el teatro Central, «Los árboles (un Chejov andaluz) », es para ellos un trabajo de equipo.
A partir de esta declaración de intenciones, los componentes de Teatro Resistente pusieron en marcha un laboratorio con la obra de Chéjov «El jardín de los cerezos», como muchos materiales potencialmente escénicos. Se trata de hacer un Chéjov andaluz, un Chéjov más cercano a nuestra historia reciente.
«Los árboles (Un Chéjov andaluz)» , es una obra que sitúa la acción a mediados de la década de los 80, con la dirección de José Luis de Blas, coordinación musical de Lola Botello , el movimiento escénico es de la coreógrafa y bailarina, Natalia Jiménez, los actores Lola Botello, José Luis Bustillo, Nieve Castro, Rocío Hoces, Juanfra Juárez, Carmen León, Joserra Leza, Paqui Montoya y Arturo Parrilla , y los músicos en escena, Daniel Abad y Chiqui García .
Es una aventura
Para Lola Botello , actriz y responsable de la música de esta obra, «se trata de una aventura total, porque empezó como un laboratorio. José Luis de Blas nos citó un día diciendo que tenía ganas de investigar con un grupo de actores partiendo del texto de Chejov para crear otra cosa. Esto en principio no iba a ser un montaje, sino un laboratorio de experimentación. Y poco a poco ha ido forjándose con muchas dificultades, porque somos todos actores profesionales y hacemos un montón de proyectos; ha sido un lío cuadrar la agenda de todos simplemente para vernos». El año pasado comenzaron a hacer análisis de textos y luego José Luis de Blas hacía una reescritura de lo que había sucedido. «Hace un año decidimos que queríamos enseñar el trabajo, y se lo propusimos al Central y aceptaron».
Para la actriz, lo experimental ha sido la génesis del trabajo. «No hay una persona que haya dirigido, sino como cuatro manos, José Luis de la dramaturgia y adaptación del texto, luego Natalia Jiménez haciendo un trabajo interesantísmo de movimiento que le ha dado otra relectura a nivel de puesta en escena. Para mí como actriz ha sido muy interesante trabajar algo tan de texto sustentado en el movimiento, no bailamos pero sí hay un dibujo continuo de movimiento que se desliza de forma subterránea y cuenta algo. Eva Rodríguez, que es profesora de la Escuela de Arte Dramático, se ha encargado del trabajo de interpretación y la palabra. Y yo, que además de actuar me he encargado de la dirección musical. La obra la hemos descontextualizado porque queríamos contarla desde una realizada andaluza, es decir, después de la transición. Sucede en una finca».
Lola Botello confiesa que no tenían objetivos fijados, «ha sido el trabajo el que ha ido pidiendo más, para mí ha sido más de lo que esperaba. Esto se podía haber quedado en el trabajo de mesa y punto, pero no es así, y es estupendo. El texto habla de pérdidas personales, de ausencias, de muerte, de un sistema político que se muere y otro viene empujando, y en ese sentido a la compañía le ha pasado cosas también, hemos tenido nacimientos, embarazos, pérdidas, y el trabajo está impregnado de todo esto».
Destaca la actriz que en estos momentos nadie monta una obra con once personas en escena, «porque es ruinosa la producción, y no hemos hecho nada de producción, actuamos a escenario desnudo con un diseño precioso de Carmen Mori y un vestuario muy de reciclado. Casi todos llevamos cosas de nuestras madres, de nuestras abuelas, con el toque de Gloria Trenado . Es una iniciativa un poco reivindicativa, si vosotros no hacéis nada y no apoyáis vamos a hacerlo nosotros a pulmón».