'La pell fina': cena con batalla, pero menos
CRÍTICA DE TEATRO
Comedia poco batalladora la de Marfà y Alonso. Con todo, se agradece en este verano electoral
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Entre los subgéneros de la comedia, uno de los más exitosos es el de los encuentros familiares o de parejas que deparan postres violentos. Con la 'Celebración' danesa de Thomas Vinterberg en lo alto del podio, los ágapes bélicos obran como un imán para un público que se siente identificado, en algún momento, con las situaciones teatralizadas. Vienen a la memoria 'Un dios salvaje', de Yasmina Reza. 'El nombre', de Alexandre de La Patellière y Matthieu Delaporte y Els veïns de Dalt' de Cesc Gay, las tres llevadas al cine; también 'Sopar amb batalla' de Jordi Casanovas o 'Els gossos' de Nelson Valente, con una espléndida Mercè Arànega…
Crítica de teatro
'La pell fina'
- Autoría, dramaturgia y dirección: Carmen Marfà y Yago Alonso.
- Escenografía: Elisenda Pérez.
- Intérpretes: Ángela Cervantes, Francesc Ferrer, Laura Pau, Biel Duran. Teatro Borràs.
'La pell fina', que Carmen Marfà y Yago Alonso estrenaron en la sala Flyhard, recala en el teatro Borràs. El conflicto: dos parejas que chocan por un comentario demasiado «sincero». Nacho (Francesc Ferrer) visita con Miranda (Ángela Cervantes), su actual pareja, a Eloi (Biel Duran) y Sonia (Laura Pau), dos amigos de toda la vida -ella tuvo una relación sentimental con Nacho- que se han trasladado a vivir al extrarradio y acaban de tener un niño. La criatura se llama Jan, el mismo nombre del hijo de Nacho. Cuando Nacho ve al bebé no puede evitar decir que es muy feo, al tiempo que lamenta que le hayan puesto Jan. La discusión desembocará en un ajuste de cuentas con sus respectivas existencias.
Tras unos primeros compases en los que Eloi hace un panegírico de la vida rural, «a solo veinte minutos de Barcelona», el inesperado comentario de su amigo origina la catarsis de los cuatro protagonistas. Miranda pone dudas sobre la vitalidad sexual de Nacho; Eloi reconoce que vivir en el campo es un bodrio y Sonia confiesa estar harta de dar de mamar a ese niño tan poco agraciado.
'La pell fina' discurre en sus dos primeros tramos por los protocolos de las cenas con batalla; aunque, en este caso, sin cena: la batalla se diluye en el tercer tramo para acabar en pacto que desactiva rencores: un desenlace con poca chispa, cual cava desbravado. Comedia poco batalladora la de Marfà y Alonso. Con todo, se agradece en este verano electoral.