«Los vecinos de arriba», de Cesc Gay: terapia de (dobles) parejas

El cineasta, responsable del último Goya, «Truman», debuta en el teatro con esta historia escrita y dirigida por él

Andrew Tarbet y Pilar Castro, en «Los vecinos de arriba» David Ruano

JULIO BRAVO

Tenía ganas desde hace tiempo Cesc Gay (triunfador de los pasados Goya con «Truman») de hincarle el diente al teatro. Lo ha hecho con «Los vecinos de arriba», una obra escrita y dirigida por él, que se estrenó hace un año en Barcelona -en catalán- y que se presenta ahora en castellano con un reparto que componen Candela Peña, Pilar Castro, Xavi Mira y Andrew Tarbet . «Es otro mundo; yo he vivido el teatro más desde cajas -su mujer es la actriz Ágata Roca , una de las creadoras de la compañía T de Teatre-, pero no me atrevía a dar el salto. Pero cuando empecé a escribir esta historia me decidí a dar el salto. Es una obra en la que me he reído mucho escribiéndola».

«Los vecinos de arriba» -inspirada por una experiencia persona l- narra la historia de una pareja que invita a cenar a sus vecinos para enseñarles el piso y agradecerles la ayuda que les dieron cuando se instalaron. La obra relexiona sobre la vida en pareja y la sexualidad con mucho humor, ironía y cotidianeidad. «La gente se siente muy identificada, aunque la comedia se lleva al límite -dice Pilar Castro-; se basa en que se ríe de las miserias de los demás. Cuando más sufre y lo hace de verdad, más se ríe el espectador».

La actriz, que asegura que cuando trabajas con alguien nuevo «es como si empezaras de cero», define a Cesc Gay como «un director que transmite todo su entusiasmo, y muy generoso ; está todo el tiempo en el escenario con nosotros. También es muy exigente y preciso». «Cuando has escrito el texto -se defiende el director-, y más aún cuando ya has montado la obra, estás más cerca, te haces más pesado . Y yo sé que ellos lo han sufrido más».

A un director de cine un día le echan de la sala de montaje y al escritor el editor le exige que entregue el texto de su libro. En el teatro cabe la posibilidad de rehacer una y otra vez texto y montaje, aunque Cesc Gay dice que no se puede. «Porque no te hacen caso. Cuando los actores ya están en función y te ven venir, te dan diez minutos... Yo volveré de vez en cuando a ver el montaje y les diré cuatro cosas, pero nada más». «El montaje está hecho para hacerlo como él no ha indicado, porque es muy inteligente . La obra tiene mucha comicidad y es muy fácil irte a agradar más que a hacerla, y él nos está conteniendo porque ya tiene la experiencia de Barcelona».

Lo lógico es pensar que «Los vecinos de arriba» se convertirá en película . «No todas las obras de teatro se pueden adaptar al cine -dice Cesc Gay-. El teatro tiene una poética que se pierde en el cine; esta obra sí, está en un lugar intermedio que permitiría su adaptación. Pero el cine exige un realismo y una verosimilitud que no exige el teatro, donde con una silla y una lámpara haces una casa».

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