CRÍTICA DE TEATRO

«Tierra Baja»: Lluís Homar, un universo de máscaras

El actor catalán interpreta una versión de Pau Miró de la obra más célebre del teatro catalán

Lluís Homar, en «Tierra Baja» Teatro de La Abadía

Diego Doncel

Espectáculo de pasiones, violencias, sentimientos atávicos y simbologías morales, « Tierra Baja » llega al Teatro de La Abadía en la versión minimalista y esencial, leve y no exenta de toques humorísticos, que del texto de Ángel Guimerà han realizado Lluis Homar y Pau Miró . Ambos han sabido limpiar toda la pátina naturalista que, a ojos del espectador de hoy, puede tener la obra, y hacer de ella no un drama rural, sino un drama humano sobre los límites del poder y sobre la verdadera naturaleza del amor. Es decir, sobre el engaño y la humillación que el poder pueden provocar, y la necesidad de amar y ser amado como fuerzas que anidan en el alma de todo hombre, capaces de cambiar nuestra vida en esos escasos kilómetros de tierra que es el mundo para cualquiera de nosotros.

Desde que se estrenó la obra en 1896, «Tierra Baja» se ha convertido en un clásico mundialmente famoso de la literatura en catalán.

Pero como si necesitara ajustar su tiempo al reloj de nuestro tiempo, el montaje de hoy ha querido ir más allá de los que le han precedido. Para ello Lluís Homar ha reducido el texto a su enorme dimensión de actor y se ha echado a la espalda a Sebastià, Marta, Manelic y Nuri, sus principales protagonistas. Él solo frente a toda la Tierra baja, es decir, él solo interpretando ese universo de almas, ese drama em gente , como diría Pessoa . Homar logra ser muchos bajo el nombre de Lluís Homar, dar vida a ese combate de psicologías, de pasiones, dosificando el tempo escénico, la expresión gestual y vocal, haciendo una interpretación múltiple, poliédrica , donde las transiciones de uno a otro personaje resultan no solo verosímiles sino como una conciencia que se expande por sucesivas máscaras.

La escenografía plasma también el conflicto de esos dos mundos . Una simple cortina blanca separa el cuarto del molino donde se disecciona la maldad y el poder absoluto, del de la montaña roussoniana donde el hombre ya no es un lobo para el hombre. Es Tierra Baja en su forma artísticamente más libre. Es Lluís Homar pasando a nuestra colección de interpretaciones memorables .

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación