El Teatro Real presenta «I puritani», una ópera con mucho circo y grandes equilibristas
La obra de Vincenzo Bellini, una de las cumbres del belcantismo, está dirigida musicalmente por Evelino Pidò y escénicamente por Emilio Sagi
El 6 de diciembre de 1850, apenas un par de semanas después de inaugurarse el teatro, « I puritani » llegaba al Real. El día 4, esta ópera de Vincenzo Bellini sobre libreto de Carlo Pepoli , y una de las cumbres del belcantismo, regresa al coliseo madrileño, que desde su reinauguración no la había presentado más que en versión de concierto. Joan Matabosch , director del Teatro Real , no duda en calificar la partitura como «maravillosa», aunque reconoce la endeblez del libreto, en el que están todos los tópicos del romanticismo.
La producción cuenta con la dirección musical de Evelino Pidò y la dirección escénica de Emilio Sagi , que se ha rodeado de su equipo habitual ( Daniel Bianco como escenógrafo, Peppispoo - Pepa Ojaguren - como figurinista y Eduardo Bravo como iluminador). El doble reparto vocal incluye a Nicolás Testé y Roberto Tagliavini , que se alternan en el papel de Sir Giorgio; Javier Camarena y Celso Albelo (Lord Arturo Talbo); Ludovic Tezier , George Petean y Damiano Salerno (Sir Riccardo Forth), Antonio Lozano (Sir Bruno Robertson), Annalisa Stropa y Cassandre Berthon (Enrichetta di Francia) y Diana Damrau y Venera Gimadieva (Lady Elvira Valton).
El italiano Evelino Pidò conoce bien el repertorio belcantista, en el que se ha especializado. «"I puritani" es la última ópera que estrenó Vincenzo Bellini, apenas unos meses antes de morir, con solo 34 años, en septiembre de 1835. Fue un encargo de la Ópera de París , relata el director italiano. «Para él fue muy importante, porque además era Rossini quien le convocaba; era su presentación en París, y escribió una ópera al gusto francés. Tardó más de un año en escribirla, cuando lo normal es que apenas tardara unas semanas o unos pocos meses».
Notas astrales
Vocalmente, «I puritani» es una ópera endiablada , especialmente para el tenor, que tiene escritas en la partitura varias notas sobreagudas, «astrales» según término de Pidò entre ellas un Fa natural. Pidó revela que Celso Albelo tiene previsto abordarlo. La obra se escribió para Giovanni Battista Rubini , un legendario tenor de la época. «Los agudos los cantaba en falsete -explica Pidó-; de hecho la orquesta tiene en el momento del Fa sobreagudo escrito en la partitura " ppp " (triple pianissimo). Hoy en día cantar en falsete resultaría ridículo».
No es esa la única nota sobreaguda en la partitura, que habitualmente se presenta con muchos cortes, ya tradicionales. «Nosotros empleamos la versión original de París de 1835, con los cortes que hizo Bellini tras el estreno y muy poco más», explica Pidó. «Hay mucho circo en esta ópera -bromea Matabosch-, pero tenemos grandes equilibristas ».
Recitativos
Al director de orquesta le parecen importantes, más que los agudos, los recitativos . «Bellini es el rey de la melodía , cierto, pero lo más difícil en "I puritani" son los recitativos, y es donde muchos cantantes fallan. Me gusta trabajarlos a fondo, dedicarles una semana de ensayos, y ahí es donde veo la inteligencia de los cantantes. Los recitativos son la esencia de la música y el teatro, son la fuerza motriz del teatro belliniano».
Para el director de escena, «I puritani» no es una ópera sencilla. «El libreto de Pepoli no tiene trasfondo sociológico ni político», explica Emilio Sagi; ha sido la música, «hipnótica, visionaria, con un romanticismo exacerbado, la que ha marcado la puesta en escena. Yo imaginé que la ópera era de cristal ». Y para ello ha creado un espectáculo alejado totalmente del realismo, dominado por unas paredes de espejo negro y un suelo blanco, a los que se suma el gris del vestuario. «Quitarle el color a la propuesta ayuda a alejarlo de ese realismo ». Y es que, asegura, «I puritani» puede presentarse en escena porque todos los que la hacen creen «en el bel canto como espectáculo teatral».