«La tabernera del puerto», zarzuela de marinería y contrabando
La obra de Sorozábal se presenta, huelga del Inaem mediante, dirigida por Mario Gas
El Teatro de la Zarzuela presenta -siempre que la huelga convocada por los trabajadores del Inaem lo permita, lo que parece que solo ocurrirá los días 6 y 10- su nueva producción, sin duda una de los más atractivas propuestas de esta temporada. Lo es especialmente por el título, « La tabernera del puerto », de Pablo Sorozábal ; por su director de escena, Mario Gas , vinculado sentimentalmente además con esta obra; y por los creadores de la escenografía y el vestuario, el matrimonio Ezio Frigerio y Franca Squarciapino , dos de los más grandes artistas en sus especialidades. Se unen, además, la calidad de las batutas -se alternarán en la dirección musical Josep Caballé-Domenech y Óliver Díaz - y el reparto, que componen Sabina Puértolas y Marina Monzó (Marola), Ángel Ódena y Javier Franco (Juan de Eguía), Antonio Gandía y Alejandro del Cerro (Leandro), Rubén Amoretti y David Sánchez (Simpson), Ruth González (Abel), Vicky Peña (Antigua), Pep Molina (Chinchorro), Ángel Ruiz (Ripalda), Abel García (Verdier), Carlos Martos (Fulgen) y Didier Otaola (Senén). Todos ellos acompañados por la orquesta y el coro titulares del Teatro de la Zarzuela.
«La tabernera del puerto», estrenada en Barcelona el 6 de mayo de 1936, apenas un par de mese antes del comienzo de la guerra civil, es uno de los últimos grandes estrenos de nuestra zarzuela . Pablo Sorozábal contó con un libreto de dos pesos pesados del género, Federico Romero y Guillermo Fernández-Shaw , situado en una localidad ficticia del norte de España, Cantabreda, y que cuenta una historia de amor envuelta en un ambiente marinero y contrabandista».
Mario Gas , admirador confeso de Pablo Sorozábal, dijo ayer, en la presentación de la obra, que le había acompañado prácticamente desde su nacimiento -su padre, el bajo Manuel Gas , participó en aquellas primeras funciones barcelonesas e interpretó en muchas ocasiones a Simpson-. «He decidido reflejarla como si se viese desde la ingenuidad de un niño, manteniendo el romance marinero y dejando que su historia de amores, malentendidos y drogas respirara por sí misma», explicó el director, que terció en la polémica sobre la fusión entre el Teatro Real y la Zarzuela, de la que dijo que no presagia nada bueno.
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