«Sister Act», un musical muy entretenido

El cine y el teatro son géneros que se retroalimentan y encuentran inspiración el uno en el otro. « Sister Act », el musical que ha llegado al Nuevo Teatro Alcalá después de una gira por España de año y medio, es un buen ejemplo de ello. Una película de éxito da pie a un musical que ha recibido también una notable acogida donde se ha presentado desde su estreno en Londres hace siete años.

«Sister Act» es un espectáculo sin otra pretensión que la de conseguir que el público se divierta y pase un buen rato. Y lo cumple. Se trata de una función entretenida, con un libro desenfadado y una música amable –que firma Alan Menken , autor de cabecera de Disney– que presenta ecos de los sonidos del pop y el soul estadounidense de los años setenta, y que contiene un par de canciones –« Llévame al cielo » y « Voy a ser una estrella »– brillantes y pegadizas.

El musical sigue además las « reglas » del género, sobre todo en lo referente a la producción (aunque las dimensiones del Nuevo Teatro Alcalá hayan limitado el montaje). Brilla (y nunca mejor dicho, ya que los productores presumen de haber empleado 3.000 cristales de Swarovski) el extenso e imaginativo vestuario , un hecho más que meritorio ya que las protagonistas de la función son un grupo de monjas.

Ellas son, sin duda, lo mejor de «Sister Act». Sus números corales elevan la temperatura de esta vitamínica función. Colabora a ello el reparto, que sigue también las pautas que marca el género: Mireia Mambo tiene la energía, el carisma y la voz que exige su Deloris Van Cartier (como la joyería). Le da la réplica una ilustre veterana (y pionera) del musical: Àngels Gonyalons , que llena de matices su Madre Superiora. Fermí Reixach compone un tan eficaz como caricaturizado Monseñor;y entre las monjas destacan Amparo Saizar y Gara Roda . Lo dicho, un magnífico producto de entretenimiento. Lo que no es poco.