CRÍTICA DE TEATRO
«Si los ángeles disparan», ecos de una España negra
Los crímenes cometidos en Puerto Hurraco hace más de medio siglo son la inspiración de esta obra de Jorge Moreno
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Al evocar la matanza de Puerto Hurraco nos llegan, amortiguados por el paso del tiempo, los ecos de uno de esos sucesos terribles que nos recuerdan que la España negra puede asomar en cualquier momento su hocico feroz por entre las costuras sociales. La crónicas narran que, en el atardecer del 26 de agosto de 1990, los hermanos Antonio y Emilio Izquierdo , al parecer instigados por su hermana Luciana y con la complicidad de Ángeles, su otra hermana, saldaron rencillas enquistadas durante años disparando a un grupo de vecinos de esa localidad pacense. Nueve muertos y doce heridos fueron el saldo de una sañuda venganza originada por la disputa por unos límites de tierras que ya había provocado varias muertes.
«Si los ángeles disparan» (***)
Autor: Jorge Moreno. Dirección: Iván Ugalde. Espacio escénico y vestuario: Pier Paolo Álvaro. Iluminación: Manuel D. Música original en directo: Rafael Domínguez. Intérpretes: Manuel Domínguez
Ana Feijoo
Las declaraciones de los acusados en el juicio celebrado en 1994 han servido de base a Jorge Moreno para elaborar una obra que, en apenas una hora, condensa en una sucesión no lineal de escenas el opresivo ambiente de casa de los Izquierdo, rezumante de odio, religiosidad espesa y enfermizo afecto fraternal. Iván Ugalde da a su puesta en escena el aire tenebroso de un aquelarre, apoyado por el inquietante espacio escénico de Pier Paolo Álvaro ; el desarrollo de la tragedia tiene la consistencia desoladora de un western terminal empapado de terca irracionalidad. Las interpretaciones tensas, concentradas, precisas de Manuel Domínguez, Ana Feijoo, Victoria Peinado y Paco Puerta , que matizan minuciosamente las inflexiones rurales de sus voces, redondean un espectáculo tan cuidado como desasosegante.