'Retablillo de Don Cristóbal', poesía contra títeres de cachiporra
Ana Zamora dirige en La Abadía una producción de la obra de Federico García Lorca
No es la primera vez que Nao d'Amores , la admirable compañía que dirige Ana Zamora , se escapa de su repertorio habitual -el teatro medieval, renacentista y barroco- para abordar textos del siglo XX. Lo hizo hace unos años con 'Penal de Ocaña', de María Josefa Canellada, y lo hace ahora con ' Retablillo de Don Cristóbal ', de Federico García Lorca . «No es un giro, es seguir una línea alternativa de trabajo, 'navegar hacia el presente'», dice Ana Zamora.
« Nao d'Amores cumple veinte años, y teníamos la necesidad de este punto de inflexión; significa intentar cuestionarnos, no dejarnos llevar por la inercia, salir del espacio de confort, asumir riesgos», añade.
Federico García Lorca escribió 'Retablillo de Don Cristóbal' en 1930 bajo la influencia, según algunos estudiosos, de Valle-Inclán; Miguel García-Posada escribió que «de él aprendió e| magistral uso de lo grotesco que revela este texto». Y es que la obra es una 'farsa para títeres', un género del que, se pregunta Ana Zamora, no sabe si fue su rescatador o su destructor. «¿Fue el héroe rescatador de una tradición moribunda, al empeñarse en integrar los títeres de cachiporra en el gran teatro de su tiempo, o más bien el intelectual que acabó con lo poco que quedaba del referente popular, poetizando al más ácrata de nuestros grandes personajes teatrales?».
Y es que, dice la directora de Nao d'Amores, los títeres de cachiporra son los menos poéticos del género. «Un maestro italiano me dijo que su base es un acto poético donde la poesía no pinta mucho », dice Ana Zamora. La directora ha vuelto a los títeres, un género que ya trabajó en 2007, y ha querido «establecer un diálogo con Lorca, con un autor que intenta hacer poesía de una expresión mucho más brutal, y ser fiel al tiempo al poeta y a esa brutalidad que transmiten los títeres de cachiporra».