CRÍTICA DE DANZA
«Óyeme con los ojos»: viaje interior
El Teatro Español acoge el espectáculo de María Pagés, su primer solo
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Cada nuevo espectáculo de María Pagés se espera con ilusión. Se espera mucho de su talento, de su creatividad y de esa permanente búsqueda de avanzar en la manera que entiende de expresar el flamenco, que es un diálogo constante : con las ideas, con las palabras, con otros lenguajes, con otros idiomas, con la historia, con la leyenda...
«Óyeme con los ojos» (***)
Dirección
coreografía y vestuario: María Pagés. Dramaturgia: El Arbi El Harti. Iluminación: Pau Fullana. Música: Rubén Levaniegos
En «Óyeme con los ojos», María dialoga consigo misma. Con la ayuda de los versos de poetas de distintas culturas y épocas, profundiza en un baile decididamente espiritua l; lo hace en un espectáculo esencial, introspectivo. Una iluminación matizada y artística, que pinta el escenario de claroscuros, envuelve su danza, expresada con goterones de alma a través de sus expresivos y volanderos brazos, de la sinuosa cadencia de su cuerpo y de la hondura de su expresión. Alcanza sus mejores momentos María Pagés cuando baila por derecho, con sabor antiguo, con un baile horneado lentamente y desprovisto de adornos. Ahí emerge la bailaora , la artista poderosa y atrayente. A su lado, un conjunto de músicos sobresaliente, complemento perfecto de su lenguaje coreográfico, con mención especial para la cantaora Ana Ramón , el violonchelista Sergio Menem y el violinista David Moñiz.
Y precisamente por el tono de la obra, sorprende un extemporáneo número «cómico» -un «rap» a lo Lola Flores -, que quiebra el clima y contrasta, para mal, con la hondura del espectáculo.