CRÍTICA DE TEATRO

«En el oscuro corazón del bosque», de Alonso de Santos: humanos y gatunos

Manuel Galiana y Luisa Martín protagonizan en las Naves del Español esta obra, dirigidos por el propio autor

Una escena de «En el oscuro corazón del bosque» Sergio Parra

JUAN IGNACIO GARCÍA GARZÓN

Desde tiempos remotos, el hombre avizora en los animales destellos de humanidad , los utiliza como espejo viviente, instintivo y espontáneo en el que ve latir un resquicio de verdad salvaje e incontaminada. Ese es el mecanismo de las fábulas, esos cuentecillos ejemplarizantes en los que las bestezuelas hablan para dar lecciones a las personas. José Luis Alonso de Santos toma prestados algunos elementos de ese género para vestir una hermosa reflexión sobre el amor, el paso del tiempo y la aventura de recuperar lo que alguna vez se dejó atrás. Es un texto lleno de luz y misterio, de resonancias íntimas, que camina con pasos realistas por los senderos de la fantasía.

«En el oscuro corazón del bosque» (***)

Autor y director: José Luis Alonso de Santos. Escenografía: Llorenç Corbella. Iluminación: Felipe Ramos. Vestuario: Lorenzo Caprile. Intérpretes: Manuel Galiana

Luisa Martín

Vi esta obra hace siete años en un montaje diferente y ahora, dirigida por el autor, la contemplo enriquecida con nuevas perspectivas que ahondan su dimensión poética , la suave melancolía que la impregna y su decidida apuesta por la acción y la esperanza. Así describí entonces su argumento: mientras dos empleados de una empresa de mudanzas vacían una casa que va a ser derribada, un gato y una gata que viven en ella se asoman a un futuro incierto arañado por los recuerdos, felices y aciagos, de un pasado que pesa demasiado; un tercer minino se plantea como opción de una nueva vida para ella, más joven que su veterano compañero, lector de Marco Aurelio y amante de Mozart . El imperial escritor romano y el compositor austriaco son dos referencias con las que Alonso de Santos ilumina la vibración humana de la pasiones gatunas. El dramaturgo confronta la complejidad de la historia de los felinos , domésticos e independientes, con la inocencia del amor en agraz que viven los personajes humanos, ilusionados por un futuro común circense como apuesta de magia y libertad.

Como director, siempre atento al delicado engranaje de las emociones, maneja con mimo y sutileza a sus criaturas para completar una puesta en escena sensible y firme que desarrolla en el fabuloso espacio escénico de Llorenç Corbella , presidido por un gran árbol repleto de flores rosadas; un árbol de la vida en torno al que se mueven los gatos Manuel Galiana , magnífico y hondo, minucioso en matices, y Luisa Martín , de deliciosa expresividad gatuna esclarecedoramente humana, amén del estupendo Pedro Miguel Martínez , que es el tercer minino en discordia; Marta Guerras y Mariano Estudillo encarnan con certero entusiasmo a la pareja de jóvenes. Mención aparte para los preciosos figurines en tonos anaranjados y ocres que firma Lorenzo Caprile .

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