Muere la legendaria bailarina italiana Carla Fracci
Estrella de la Scala de Milán en los años sesenta del pasado siglo, ha fallecido a los 84 años víctima de un cáncer
Vestía siempre de blanco, a menudo con ropas vaporosas, como una sílfide que se hubiera escapado de uno de los ballets que interpretaba. Carla Fracci , la gran leyenda de la danza italiana del siglo XX, ha muerto a consecuencia de un cáncer en Milán, la ciudad que le vio nacer hace 84 años, y en cuyo teatro de ópera, la Scala , desarrolló los más fructíferos años de su carrera.
En Madrid se recuerda todavía su debut en el Teatro de la Zarzuela , junto a los bailarines del entonces Ballet Nacional Clásico de España, en septiembre de 1987. Hacía un calor tremendo, pero ella completaba su atuendo blanco con unas medias. Ya en la función, apenas unos segundos después de entrar en el escenario un mal apoyo llevó sus huesos al suelo. El bailarín que debía haberla sostenido sintió como la tierra se hundía bajo sus pies y se apresuró a ayudarla a levantarse. Ella lo hizo como si nada hubiera pasado y siguió bailando. De lo que pasó luego entre cajas mejor olvidarse.
Ya por entonces era Carla Fracci una de las más grandes bailarinas del mundo –el New York Times- llegó a bautizarla como prima ballerina assoluta , elogio que se sumaba al del poeta italiano Eugenio Montale , que la llamó la «eterna bailarina» o el de Charles Chaplin , que tras verla actuar le dijo emocionada que «era maravillosa».
Ayer el bailarín español Igor Yebra , que trabajó con ella cuando Carla Fracci dirigía el Ballet de la Ópera de Roma, despedía ayer con estas palabras a la que calificaba como «una de las mejores Giselle de la historia»:«Es gente que ya no hay y que no va a haber; su manera de afrontar el trabajo, cómo veía la danza... Y con un sentido del humor brutal, negro, british , pero tremendo».
Carla Fracci nació en Milán el 20 de agosto 1936. Comenzó sus estudios de danza en la escuela de la Scala, donde se graduó en 1954. Su carrera en el templo de la ópera fue meteórica: en 1956 se convirtió en solista y dos años después en primera bailarina .
En las décadas de los sesenta y setenta bailó con las mejores compañías del mundo, como el London Festival Ballet (actual English National Ballet), el Royal Ballet de Londres, el Stuttgart Ballet y el Royal Swedish Ballet. Desde 1967 trabajó como artista invitada en el American Ballet Theatre. Destacó con los grandes clásicos como ‘Romeo y Julieta’, ‘El lago de los cisnes’, ‘Coppelia’ y, sobre todo, ‘Giselle’, y lo hizo al lado de bailarines como Rudolf Nureyev, Vladimir Vasiliev, Mikhail Baryshnikov y, especialmente, el danés Erik Bruhn . En 1964, Fracci se casó con el director teatral Beppe Menegatti , con el que tuvo un hijo, Francesco.
Dirigió también los ballets del Teatro San Carlo de Nápoles y la Arena de Verona. También hizo breves apariciones televisivas y cinematográficas, interpretando a Tamara Karsavina en la pelicula ‘Nijinski’ o a Giuseppina Strepponi en la serie ‘Verdi’.
A pesar de que apenas bailó en España, sí tuvo partenaires españoles: José Antonio , con quien rodó la película 'Ballerina'; con Antonio Gades , que le regaló unas castañuelas tras bailar con ella 'Pavana para una infanta difunta'; o el citado Igor Yebra , con el que bailó espectáculos como 'El pájaro de fuego'.