Muere el director de escena suizo Luc Bondy
Era una de las grandes figuras del teatro Europeo y en la actualidad dirigía el Odeón Teatro de Europa de París

El dramaturgo suizo Luc Bondy , actual director del Odeón Teatro de Europa , en París, ha muerto a los 67 años tras una larga enfermedad que le había obligado a dejar buena parte de sus actividades, según anunció la institución francesa.
El propio presidente galo, François Hollande , que en un comunicado rindió homenaje la memoria del director y envió el pésame a su familia y a sus compañeros del teatro. Hollande recordó que Bondy era conocido como dramaturgo , pero también como escritor y cineasta, y que había llevado a las tablas «a los más grandes autores, de los grandes clásicos a los más contemporáneos». «Encarnó la Europa de la cultura , por su historia personal y por su trabajo excepcional», destacó Hollande.
Luc Bondy nació en Zúrich el 17 de julio de 1948 en una familia de intelectuales judíos , de origen alemán y austro-húngaro, con profundas raíces en el mundo del teatro: entre sus antepasados había un conocido director del teatro alemán de Praga y una actriz de renombre, Charlotte Bondy.
Comenzó su carrera en Alemania, y dirigió la célebre Schaubühne de Berlín y el Festival de Viena durante doce años, antes de dirigir el Odeón Teatro de Europa, donde sustituyó a Olivier Py. Entre las producciones que realizó en este escenario destacan : « Les fausses confidences », con Isabelle Huppert y Louis Garrel ; y « Tartuffe» , con Micha Lescot .
En cuarenta y cinco años de carrera, Luc Bondy puso en escenar más de setenta piezas de teatro -además de dieciséis óperas-, con textos de autores como Shakespeare, Chéjov, Molière o Marivaux , aunque se declaraba «adicto» a los dramaturgos contemporáneos, como el alemán Botho Strauss o la francesa Yasmina Reza .
Varios de sus trabajos pudieron verse en España, especialmente dentro del Festival de Otoño , que presentó sus producciones de « La seconde surprise de l'amour », de Pierre de Marivaux ; « Las sillas », de Eugene Ionesco, y « Sweet Nothings », de Arthur Schnitzler .