Las dos Marías de Santiago de Compostela suben a escena

Natalia Menéndez dirige una obra de Esther F. Carrodeguas sobre Maruja y Coralia Fandiño Ricart

Mona Martínez y Carmen Barrantes Jesús Ugalde

ABC

Esther F. Carrodeguas es la autora de esta obra, que cuenta, en sus propias palabras, la historia de « Maruja y Coralia , que esconden detrás de una espesa máscara de maquillaje una gran historia de crueldad, pero también una historia de valentía: de coraje, de lucha, de irreverencia, de desobediencia -civil-, y de dignidad. En una palabra: de libertad».

Natalia Menéndez dirige a Mona Martínez y Carmen Barrantes en esta obra, que se presenta en las Naves del Español, en Matadero, y de la que dice su directora que es «una tragicomedia de dos mujeres que sufrieron ser efectos colaterales de una guerra», y que revive a dos mujeres reales, Las dos Marías , como se las conocía en Santiago de Compostela. 'Las dos en punto', añade Esther F. Carrodeguas, «es un ejercicio de justicia poética que se suma a otros muchos que han ido dando luz sobre su vida».

Cuenta la autora que «Maruja y Coralia Fandiño Ricart caminaban día tras día a las dos de la tarde siendo esa bandera arcoiris que contravenía el gris de la dictadura franquista en la capital gallega. Fueron burladas, violentadas, insultadas, silenciadas ; fueron rojas, fueron putas, fueron nada. Fueron hambre. Pero nadie las pudo parar. No dejaron nunca de caminar. Y nunca es nunca: es que aún están caminando».

«Cada vez que pienso en ellas -añade Natalia Menéndez- me entra una congoja, mezcla de ternura, rabia y una cierta admiración … Cuando reflexiono acerca de la tremenda expresión: 'daños colaterales' me invade la pena y la impotencia. La perversidad está servida; se inventa esta expresión que parece técnicamente válida pero que, lo que dice, es que la guerra implica destrucción incluso para las personas inocentes que nada tuvieron que ver en ella. Y puesto que como no había intención en matar o dañar a inocentes civiles, pues es como si no contasen».

Concluye la directora: «Ellas caminan con un aire infantil, insolentes, orgullosas, estrafalarias, singulares. Se convierten en bufonas de una sociedad que se ríe de ellas y con ellas , y nos cala más hondo. Entendemos que esto que les pasa les ha sucedido a millares de mujeres en el mundo y que, al concretar, esta historia se hace más universal. Duele. Nos duele. A través de esta ficción nos permite descubrirlas de otra manera y nos posibilita imaginar otras historias en ésta; lo particular se vuelve ilimitado. Así, ellas seguirán paseando enhebradas del brazo, hablando todos los colores e idiomas posibles con la esperanza de que su historia no se repita más».

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