«¿Qué lleva a una persona a cometer un atentado?»
El Teatro Español estrena «Atentado», una obra de Félix Estaire que dirige él mismo junto a Xus de la Cruz
Dos desconocidos se refugian en un cuarto de limpieza de un importante museo europeo después de producirse un atentado. Así empieza « Atentado », una obra escrita por Félix Estaire (y dirigida por él mismo junto a Xus de la Cruz ), que acaba de estrenarse en el Teatro Español interpretada por Ángel Ruiz , Eva Rufo y María Morales .
«¿Qué hace que alguien decida cometer un atentado, para mí un acto absolutamente incomprensible?» Éste es el punto de partida de la obra, explica su autor. «El teatro -sigue- te obliga a ponerte en el lugar de los otros y a intentar comprenderlos. Me gusta enfrentarme a él a través de la empatía y de la difícil tarea de ponerte en la piel de los otros, sean quienes sean esos otros».
El eje central de la obra, explica Félix Estaire, es el propio atentado, pero en el corazón del texto están las causas y las consecuencias . «Atentado», dicen los dos directores, «pretende llegar al público de forma directa, clara, sencilla y a la vez, desde la profunda teatralidad de los elementos que permite la escena. Pretende que el público sea partícipe y reflexione sobre algunos aspectos de la vida como la otredad, la tergiversación, las relaciones humanas en ámbitos públicos y privados, el uso que hacemos de los demás, etcétera. Nuestra intención, en todo lo que hacemos, pasa por proponer y plantear una mirada reflexiva sobre nuestro presente. La idea es intentar crear un espacio de diálogo que permita ahondar en el drama y nos quede espacio para el diálogo».
No es, añade Estaire, una obra pesimista. «Es dialéctica ; no quiere arrojar luz y mostrar a buenos y malos, sino que quiere descubrir cómo somos». No hay tampoco, o al menos eso intentan, maniqueísmo ninguno». « Empatizar -añade Xus de la Cruz- no significa justificar . No pretendemos hacerlo con los fanáticos, pero sí tratamos de ponernos en la piel de alguien que comete una atrocidad para de esa manera intentar entender qué le lleva a ello».
El teatro es un lugar donde lanzar preguntas, no donde responderlas. Así lo hace esta obra, y no solo están relacionadas con el terrorismo, sino que afectan también a los medios de comunicación. «Las cuestiones que planteamos son muy directas -cuenta la codirectora de la función-: ¿ Somos críticos cuando consumimos información ? En caso contario, ¿por qué no lo somos? Y la que mueve la obra: ¿Nos hemos preguntado por qué alguien comete un atentado terrorista? Si arrancas un proceso de creación apoyado en las preguntas y abandonas las certezas, los interrogantes generan caminos insólitos que impiden el estancamiento de la vivencia creativa. Por este motivo, el proceso de creación no “ha sido”, está siendo y creo que será hasta la última representación del texto».
Para la puesta en escena , los dos directores le han dado muchas vueltas al significado de las palabras, a lo que quieren decir. En un mundo dominado ya por la imagen y en tiempos de la posverdad -«no es más que un eufemismo para referirse a la mentira», dice Xus de la Cruz- , su montaje, aseguran, está teñido por el cuestionamiento de las palabras . «Hemos necesitado estar muy atentos a su limpieza y su claridad. Ésta función es claramente teatro de texto, pero para aminorar su carga dialéctica, explican, «hemos creado un mundo un punto más simbólico en las transiciones; nos hemos centrado en que lo que vemos no es real. Son partes más gestuales, en las que la imagen llega a través de lo físico».