El secreto cifrado de Ibsen, al desnudo

La compañía Estudo Momento representa durante noviembre en el teatro OFF Latina su versión en castellano de «Casa de muñecas»

Mejuto y Ares como los Helmer y Nora. Vídeo: Escena de «Casa de muñecas» en castellano y gallego KINOGRAFÍAS/ ABC
Javier Villuendas

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Qué extraña es siempre la magia, sobre todo cuando ocurre sin artificios. Imagina coger una obra dramática con ocho personajes y eliminar todas las escenas salvo las que salen dos de ellos y mantenerlas tal cual. ¡Y observar que su carácter cambia! ¡Cómo!

Algo así le ha pasado a la «Casa de muñecas» de Henrik Ibsen , recreada por la compañía Estudo Momento en versión de Xoan Carlos Mejuto , que también la protagoniza, junto a su socia y actriz Iria Ares . «En el original Helmer es un personaje amable, realmente no es un mal marido», cuenta el actor. «No dijimos vamos a hacerlo más fuerte, es que Ibsen ya lo escribió así. La cosa estaba ahí», apunta Ares, como si fuera un legado secreto y cifrado que el gran dramaturgo noruego dejó allí de tapadillo. Durante dos años han interpretado la obra en gallego y ahora es el turno de hacerlo en castellano, en el teatro madrileño OFF Latina , durante todo el mes de noviembre.

¿Pierde musicalidad la versión castellana? «La famosa retranca hay frases en las que desaparece misteriosamente, así que ya no se puede decir de esa manera. Y hay momentos en los que mi personaje es más amable porque el gallego fluye como más cantarín. También hay discusiones que igual eran más suaves porque el castellano es como más afilado y cortante», explica Mejuto que se curtió como pupilo de Roberto Vidal Bolaño en su «Teatro do aquí» durante diez años. «Lo que más va a cambiar es el trato cariñoso de él hacia Nora, porque nosotros en gallego tenemos palabras como "ruliña" (palomita) que suenan muy cariñosas», dice Ares.

Precisamente aunque todas las actuaciones sean en castellano, la del último jueves de este noviembre la harán en gallego, a petición de la propia sala, en un ejercicio dialéctico cortocircuitante para sus cabezas porque no solo las palabras sino que el cuerpo, la gestualidad, se ha españolizado. «Una escena no es solo lo que dices, hay muchas cosas implicadas como lenguaje, corporalidad, intenciones, muchas cosas juntas y cuesta cambiar de un idioma al otro», argumentan. Y para añadir efectos colaterales, más extrañeza: «Una vez que ensayas un poco una versión te empieza a sonar rara la anterior».

Su versión la han titulado «1879. Casa de muñecas» , o sea con la fecha de estreno de la mítica obra incluida en el título, «porque la gente alucina. Parece un matrimonio actual discutiendo de sus cosas». Y es que el nivel de identificación es muy alto para cualquiera: «Es un matrimonio pero puede ser con un padre, un amigo... el problema de esta obra es quién toma las decisiones en una pareja y dónde está la libertad individual en cada uno. Y eso lo hemos vivido todos».

La técnica Michael Chejov

Ares empezó hace 10 años detrás de las cámaras, quería ser directora de cine y por eso hizo comunicación audiovisual hasta que le dio por explorar las artes escénicas abriendo una sala de teatro alternativa en Coruña que duró tres años. Ahí siguió de directora hasta que hace tres años se atrevió a admitir que le apetecía actuar. Y formó con Mejuto Estudo Momento, realizando esta «1879. Casa de muñecas» y «Macbeth. O Ruído e a Furia».

Su siguiente pasó: Madrid y preparar una comedia. Y también quieren viajar a Londres en 2020 para hacer una residencia con un experto en la técnica Michael Chejov . ¿Qué particularidades tiene esta técnica? «Si Stanislaski (lo que se conoce como «El método») consiste en trabajar la memoria emotiva buscando en tu pasado y recuerdos y estados de ánimo similares a los que tienes que interpretar, Chejov trabaja más al futuro. Más que en la memoria, trabaja la imaginación. Dicen que la memoria es algo muerto, que, además, se agota. Tú no puedes estar siempre tirando del mismo recuerdo y esperando que te genere el mismo resultado. En cambio, la imaginación es inagotable. Tú puedes imaginar de cero cualquier cosa y que va a volver a ser nuevo».

Graham Dixon será ese maestro londinense, quien fuera discípulo del propio Chejov (sobrino del famoso cuentista ruso) enseña y evoluciona los cuatro principios fundamentales llamados «Las cuatro hermanas». Esto es: toda actuación tiene que tener sentido de facilidad, sentido de belleza, de totalidad (principio y final) y sentido de forma (no puede ser una cosa informe). «Se busca más la estilización artística que la naturalidad», cierra Mejuto.

«1879. Casa de muñecas» se representa todos los jueves y viernes de noviembre en el teatro Off Latina (Calle de los Mancebos, 4, 28005 Madrid). Aquí puedes consultar los horarios y las fechas.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación