Guillermo García Calvo: «La música española en absoluto es menor que la italiana o la alemana»
El director de orquesta madrileño será desde el 1 de enero el director musical del Teatro de la Zarzuela, tal y como anunció ayer el coliseo

Vivir es volver, decía Azorín, y es lo suyo hacerlo en Navidad, aprovechando el turrón y la familia. A Guillermo García Calvo (1978), nuevo director musical del Teatro de la Zarzuela, le ha tocado eso de regalo: regresar a Madrid, a sus raíces, después de haberse formado en Viena y habiendo trabajado mucho en Alemania, donde se deja un pie como director general musical de la centenaria Ópera de Chemnitz. Así que vuelve, claro, encantado, consciente de que viene a disfrutar de un repertorio y un proyecto que admira profundamente.
—¿Cómo afronta este nuevo cargo?
—Estoy muy contento, muy emocionado, sobre todo por formar parte del equipo de Daniel Bianco, al que conozco desde «Katiuska, la mujer rusa» y «La tempestad». Siendo de Madrid y habiendo dejado mi ciudad muy pronto, es como volver a las raíces que siempre han estado ahí.
—Ha sido mucho tiempo fuera, ¿no?
—Desde el 97… Me parece fascinante en esta etapa de mi vida compaginar estos dos teatros (el Chemnitz y el de la Zarzuela) con perfiles tan diversos entre sí. Allí tratamos el repertorio romántico alemán, y aquí la música española: comedia musical, opereta, recuperación de títulos olvidados y también creación contemporánea. Me parece un proyecto artístico muy interesante.
—Después de formarse en Viena y trabajar varios años en Alemania, ¿cómo cree que se valora la música española en el extranjero?
—La música española y la zarzuela se valoran mucho fuera de nuestras fronteras. La gente tiene una gran simpatía cuando habla de España, la conocen por sus gentes, por sus viajes, por las vacaciones. Y la valoran. Con la música pasa lo mismo, le dan un valor con menos prejuicios que el que le podamos dar nosotros mismos. La música española es muy valorada y respetada. Siempre que he dirigido música española fuera de nuestro país ha tenido un grandísimo éxito.
—¿Cree que tenemos complejos o prejuicios para apreciar nuestra creación?
—No sé si complejos. Es un tema muy difícil, aunque es posible. Quizás no nos damos cuenta de nuestra riqueza y diversidad. No solo de la zarzuela, sino de toda la música que se ha escrito para teatro. En este sentido, el Teatro de la Zarzuela está haciendo una grandísima labor para poner la música española en el lugar más alto, que es el que se merece. Solo hay que ver el público tan fiel y joven que tiene el teatro.
—¿Nota alguna diferencia a la hora de dirigir en Alemania y en España?
—No hay muchas diferencias. El nivel de profesionalidad es altísimo en ambos casos.
—¿Y en el público?
—La devoción y el conocimiento del público español son muy parecidos al del alemán o el vienés. A veces se mitifican algunos teatros, pero mi experiencia personal ha sido muy positiva sin importar el país.
—¿Qué le atrae de la zarzuela como género?
—Hay una grandísima variedad de colores, de argumentos y de estilos dentro de la zarzuela. Las hay cómicas, dramáticas… Cada compositor es casi un capítulo aparte, y la zarzuela me resulta fascinante por eso. Además, no podemos conocer la cultura europea y española sin conocer nuestro género, nuestras raíces. Ocurre lo mismo en la literatura o la pintura. Yo, que tengo la suerte de dirigir mucha música alemana, muchas obras de Wagner, que me encanta, veo que hay aspectos en la música española que no encuentras en otras músicas.
—¿Como cuáles?
—Está llena de riquezas, de luz mediterránea, de austeridad en la poesía, de aspectos que no se pueden encontrar en el intelecto germano. Como ciudadanos europeos es muy enriquecedor que intentemos conocer el máximo posible de cada una de nuestras culturas, sin ningún tipo de complejos. La música española en absoluto es menor que la italiana o la alemana. Son todas complementarias.
—¿Qué le interesa de este nuevo puesto? ¿Se ha marcado algún objetivo?
—No tengo ningún objetivo concreto. Quiero seguir manteniendo la calidad, profundizar en este proyecto y seguir trabajando con la orquesta titular de la Zarzuela. Me interesa poder participar en esas tres vertientes principales a las que se dedica el Teatro de la Zarzuela: la representación de grandes títulos del repertorio, como en el caso de «Katiuska, la mujer rusa»; la recuperación de títulos olvidados, como podría ser el caso de «Farinelli» o «La tempestad»; y luego también me interesa el estreno de obras nuevas. Es muy importante que demos oportunidades a nuevos compositores. Así que me gustaría dedicar mis energías a estas tres vertientes más que a una obra concreta.