CRÍTICA DE TEATRO
«Un espíritu burlón»: una pareja de tres
El teatro Fernán Gómez presenta la obra de Noël Coward
Siempre anduvo Enrique Jardiel Poncela con la mosca detrás de la oreja por considerar que Noël Coward le había plagiado el argumento de « Un marido de ida y vuelta » (1939) para utilizarlo libremente como falsilla a la hora escribir « Un espíritu burlón » (1941). Al parecer, los dos escritores habían llegado a un acuerdo verbal para traducir y estrenar obras del otro cada uno en su país; Jardiel envió a Coward un ejemplar de «Un marido...» y no volvió a tener noticias del inglés, que pasado un tiempo estrenó tan pancho esa comedia que alberga sospechosos paralelismos con la de su colega español.
«Un espíritu burlón» (***)
Autor: Noël Coward. Versión y dirección: César Oliva Bernal. Escenografía e iluminación: Paco Leal. Vestuario: José Miguel Ligero. Intérpretes: Berta Ojea
Quim Capdevila
Sea como fuere, el caso que las dos piezas son estupendas y este Coward está servido a la justa temperatura por César Oliva Bernal , que desarrolla con ligereza y equilibrada comicidad la historia de la esposa difunta que, siete años después de su fallecimiento, pretende recuperar el amor de su viudo –el único que puede ver a ese espíritu atractivo y burlón– y fastidiar a la mujer que ha ocupado su lugar. El director, que también firma la versión, traslada la acción a la España de los años 50 del pasado siglo, donde el escritor Carlos Salamanca ( Quim Capdevila ), que vive desahogadamente con Ruth ( Eva Torres ) su segunda esposa, invita a cenar al médico de la localidad donde residen ( Antonio Albella ) y a su mujer ( Lola Escribano ), además de a madame Arcati ( Berta Ojea ), una espiritista excéntrica de la que el escritor espera recabar datos para un libro que tiene en proyecto. Cuando la finada Elvira ( Carla Hidalgo ) manifiesta su presencia, desata los mecanismos de esta comedia de amor sobrenatural cuyo censo de personajes completa Adela ( Esperanza Candela ), la criada de la casa.
Un montaje pulcro y bien planchado, con hechuras de comedia de bulevar, en que todo está muy cuidado, desde el espacio en que se desarrolla, un amplio y bien iluminado salón burgués diseñado por Paco Leal , al elegante vestuario de José Miguel Ligero . Igual pasa con las interpretaciones, correctísimas todas y con el punto cómico adecuado.