'Edipo a través de las llamas', el sacrificio de un héroe
El Teatro Español estrena una nueva versión del mito clásico, con texto de Paco Bezerra y dirección de Luis Luque
«Para ser considerado un héroe, uno ha de sacrificar una parte muy importante de sí mismo. Y no sólo eso, además, ha de crear algo nuevo y próspero. Exactamente lo que hizo Edipo , que se convirtió en mito en el momento en que decidió descubrir la verdad para salvar del exterminio a su pueblo -aunque, tomando tal decisión, le terminara sobreviniendo la mayor de las desgracias-». Son palabras escritas al alimón por Paco Bezerra y Luis Luque, autor y director de 'Edipo a través de las llamas', que tras su estreno en el Festival de Mérida llega ahora al Teatro Español. El reparto, multirracial, lo componen Alejo Sauras (Edipo), Jonás Alonso (Yelmo), Julia Rubio (Esfinge), Mina El Hammani (Yocasta), Álvaro de Juan (Creonte), Jiaying Li (Tiresias), Alejandro Linares (Mensajero) y Andrés Picazo (Esclavo). El equipo artístico incluye a Juan Gómez-Cornejo (iluminación), Almudena Rodríguez Huertas (vestuario), Mariano Marín (música original), Bruno Praena (videoescena), Monica Boromello (espacio escénico) y Sharon Fridman (coreografía).
Edipo, insiste Luis Luque, es un mito que «habla de nosotros y de nuestra responsabilidad para con los demás; que habla de los valores, de la valentía, del conocimiento de uno mismo. Es al tiempo una tragedia poética y un thriller psicológico. Es un mito prefectamente contemporáneo que habla del valor de la verdad en los tiempos de la mentira». Paco Bezerra, por su parte, añade que 'Edipo' es «una pesadilla metafísica y fantasmagórica. Está situado en un lugar mental, es una tragedia psicótica, en la que Edipo se enfrenta a sus fantasmas».
Paco Bezerra asegura que no ha hecho una adaptación ni una versión de las obras de Sófocles, Séneca o Esquilo , que llevaron el mito a escena por primera vez. Se trata, asegura, de una reescritura, de una mirada personal y contemporánea. «El mito -dicen autor y director-es un relato fundacional que, al tiempo que, a través de los símbolos, nos explica el orden del mundo, también nos plantea un interrogante; una pregunta que nos señala a cada uno de nosotros y nos compromete a todos».