Denver se cansa de matar
Jaime Lorente, popular por su trabajo en series como «La casa de papel» o «Élite», interpreta el monólogo de Santiago Loza «Matar cansa»
¿Qué mueve a un asesino en serie? ¿Qué lleva a alguien a sentir admiración por su figura? Son las preguntas que planean sobre « Matar cansa », un monólogo de Santiago Loza estrenado hace casi una década, y que llega ahora a El Pavón Teatro Kamikaze dirigido por dirigido por Alberto Sabina e interpretado por Jaime Lorente , un actor popular por su trabajo en series como «La casa de papel» (donde encarnaba a Denver) o «Élite».
La obra presenta a un hombre que reconstruye la historia de un asesino en serie al que admira profundamente. El criminal busca a través de la muerte el significado de la vida. Santiago Loza dijo, con motivo del estreno bonaerense de la obra, que «el desafío fue indagar en algo que a priori te genera mucho rechazo». «Nos interesó mucho -contó al diario «Clarín»- la tensión que genera en la sociedad pensar en un admirador de estas características, dispuesto a desnudar su fanatismo en público. Y experimentar con la tensión, ya más afectiva que ideológica, que se produjo en nosotros a la hora de encarar el trabajo».
«Nuestro narrador -dicen los responsables del montaje- es un fanático acérrimo de este carismático criminal. Se define como un cobarde frente a los hechos cometidos, se le ve opaco y solo se apasiona cuando describe las acciones del otro y hasta lo hace con los detalles más pequeños y sórdidos. En ocasiones, las líneas que separan al narrador y al personaje narrado llegan a confundirse: nunca llegamos a saber quién es este hombre tan apasionado. ¿Su mejor amigo? ¿Su víctima Desde luego, provoca incomodidad escucharle hablar sobre la muerte y la veneración que le profesa. E incomoda, ya que su quietud es extraña cuando choca con su mensaje casi evangélico».
«''Matar cansa'' nos expone un punto de vista diferente al que estamos acostumbrados -prosiguen-. Solo vemos el blanco y el negro, el bueno y el malo, el policía y el asesino, pero poca gente se ha parado a pensar en el gris, en ese gris que no desentona, que se mantiene en equilibrio y que hace que los otros dos se mantengan latentes y vivos. Ese morbo escondido que nos lleva a mirar debajo de una sábana manchada de sangre es el mismo que te ancla a la butaca para escuchar los hechos atroces narrados de una forma tan bella y honesta como la de nuestro protagonista. ¿Para qué? Para descubrirnos a nosotros mismos, tanto debajo de la sábana como sujetando el cuchillo. Para que saciemos de una manera purgativa esa necesidad de ser eternos, esa necesidad de sangre. Para que necesitemos a alguien que nos limpie de toda esa oscuridad, que haga el trabajo duro por todos nosotros, porque no lo olvidemos: matar cansa».
El monólogo, que bebe indudablemente de obras como «Roberto Zucco», de Bernard-Marie Koltès , estará en el Kamikaze hasta el 22 de noviembre.