'El cuidador', viaje a los orígenes de Harold Pinter

Antonio Simón dirige a Joaquín Climent, Álex Barahona y Juan Díaz en un nuevo montaje de la obra del premio Nobel

Joaquín Climent y Juan Díaz, en 'El cuidador' Miguel Angel de Arriba
Julio Bravo

Esta funcionalidad es sólo para registrados

En 1960, Harold Pinter era un incipiente dramaturgo con un par de obras estrenadas y un éxito desigual. Faltaban cuarenta y seis años para que la Academia sueca le concediera el premio Nobel de Literatura. Fue, precisamente, en aquel 1960 cuando empezó a cimentarse su prestigio con el estreno de ' The Caretaker ', una obra que fue además el primer éxito comercial del autor.

Considerada como un estudio psicológico de la confluencia del poder, la lealtad, la inocencia y la corrupción entre dos hermanos y un vagabundo, la obra llega ahora al Teatro Bellas Artes en una producción que dirige Antonio Simón e interpretan Joaquín Climent, Álex Barahona y Juan Díaz .

«La acción se desarrolla en nuestros días, en una ciudad -cuenta el director-. Al inicio vemos a Micke, el hermano menor, cuidador de su hermano mayor Aston que tiene una leve discapacidad psíquica. Micke, solo, medita, se levanta, toma una decisión y se va. Más adelante entenderemos que lo que acontece a continuación ya se ha producido en el pasado temporal. Aston llega a la buhardilla de Micke, acompañado de Davies, un viejo sintecho, un aristócrata de intemperie; le ofrece calor y un lugar para dormir, lo ha salvado de un posible intento de agresión.

Como toda la obra temprana de Harold Pinter, la sombra del teatro del absurdo y de Samuel Beckett planean sobre el texto de 'El cuidador'. Simón apunta otras influencias. «El humor y la ironía circulan con comodidad en este texto que bebe mucho de la portentosa tradición de la comedia británica. De una manera sutil e intrigante, la obra va desvelando cómo detrás de la risa y la actitud de los personajes se descubre una crítica lúcida y humana a lo absurdas y crueles que pueden llegar a ser las circunstancias y condiciones de nuestra existencia».

El dramaturgo británico John Arden dijo de 'El cuidador': «Tomada puramente en su valor nominal, esta obra es un estudio de la fuerza inesperada de los lazos familiares contra un intruso». Habla también de la comunicación o, más bien, de la incomunicación. «El título -completa el director de la función- hace referencia de una manera ambigua tanto a la posibilidad de cuidar a otra persona como a la de cuidar un piso. Los tres personajes de la obra intentarán cuidarse y cuidar la propiedad de una manera que, vista desde fuera, parece un desastre propio de una comedia clásica en blanco y negro dentro de una película de intriga y suspense. Una de las preguntas que plantea la obra es el papel de la confianza en el otro: ¿En quién se puede confiar? ¿Se puede vivir sin confiar en el otro, en la vida, etcétera? Plantea también la paradoja de la dificultad de la comunicación. Hasta qué punto intentar conectar con el otro implica esfuerzo, no siempre recompensado».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación