Una conversación
Dos periodistas de dos generaciones, ambas con experiencia en el reporterismo de guerra y con experiencias dolorosas clavadas en las pupilas y en la memoria, con las protagonistas de 'Contarlo para no olvidar'. No son personajes, son personas: Maruja Torres y Mónica García-Prieto. Se reunieron, por iniciativa de la editorial 5W, en un hotel de Tailandia y con aquellas conversaciones se publicó un libro que llegó a manos de Miguel Rellán; el actor, fascinado, decidió traspasarla al escenario.
La función se estrenó hace un año en el Teatro Español y ahora se ha presentado en el Teatro del Barrio interpretado por otra pareja de actrices: Amparo Pamplona e Isabel Serrano.
En ellas, en su interpretación y en el texto ha fiado Rellán todo el peso de la obra. Sentadas en torno a una mesa con una simple jarra de agua y dos vasos, con su equipaje a los pies, las dos mujeres inician la conversación, que se desarrolla a borbotones; son muchos los temas que aborda, desde el feminismo y el trato a la mujer en las redacciones de los periódicos, hasta la crueldad y sinsentido de las guerras, o el rumbo hacia el que camina el propio periodismo.
Son las suyas opiniones fundadas en el conocimiento, en la experiencia, también viscerales, pero siempre penetrantes y a menudo incómodos. La adaptación de Rellán, que no olvida el humor, busca equilibrar los asuntos de los que tratan las dos periodistas y que sus palabras remuevan y hagan pensar a los espectadores.
No hay aderezos en el montaje; quizás hubiera sido más atractivo con una puesta en escena más 'cinematográfica', con pausas o transiciones que rompieran la unidad temporal. En cualquier caso, la fuerza del texto y la interpretación de las actrices son suficiente reclamo para la atención del espectador. Amparo Pamplona e Isabel Serrano aportan respectivamente la parsimonia y flemática fiereza de Maruja Torres y el apasionamiento y vehemencia de Mónica García Prieto.