«Celia en la revolución», la guerra civil en los ojos de una adolescente

El Centro Dramático Nacional estrena dos montajes con los que quiere rescatar la figura de Elena Fortún, la creadora del mítico personaje

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Julio Bravo

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«Hoy, 13 de julio de 1943, termino de poner en borrador “Celia en la revolución”». Elena Fortún -seudónimo de Encarnación Aragoneses (1886-1952)- dejó constancia de la fecha en que puso el punto final a la que se considera una de sus mejores novelas -y también una de las más destacadas de la literatura española del siglo XX-. La escribió en Buenos Aires, ciudad en la que se había exiliado con su marido, Eusebio de Gorbea , desde el final de la Guerra Civil. Precisamente los años de la contienda son los que envuelven en esta ocasión la historia de Celia, un personaje creado quince años antes por la autora para « Gente Menuda », un suplemento del diario ABC, y cuyas aventuras se convertirían en primera lectura de cabecera para varias generaciones de españoles y españolas.

El Centro Dramático Nacional ha querido recuperar ahora a Elena Fortún y a Celia , su personaje, con un proyecto titulado «Sendero Fortún» -hace referencia a otra novela de la escritora madrileña, « Oculto sendero »-, que incluye dos montajes: « Celia en la revolución » y « Elena Fortún »; el primero acaba de estrenarse en el Teatro Valle-Inclán, donde estará hasta el 24 de noviembre, y el segundo estará en la Sala El Mirlo Blanco del propio Teatro Valle-Inclán del 18 de febrero al 8 de marzo. Ambos están dirigidos por María Folguera . Ernesto Caballero , que con estos montajes pone punto final a su etapa al frente del CDN, asegura que el espíritu de estas dos producciones es el mismo que animó montajes como « El laberinto mágico », de Max Aub : «Por un lado, realizar un trabajo de investigación sobre la autora, una de las mejores novelistas españolas, no siempre reconocida como se merece, por pertenecer a esa llamada “tercera España”; el canon posterior fue cicatero con ella». Además, Elena Fortún entra de lleno en dos de los proyectos que Caballero ha desarrollado estos años: «De la novela al teatro», en el que ha querido subrayar, dice, «el potencial teatral de la novela española»; y «En letra grande», «dedicado a esas figuras que en el pasado enriquecieron e innovaron la escena española tanto desde la escritura como desde la práctica, y que no han sido reconocidas en la historia de nuestro teatro a pesar de su indudable contribución».

El primero de los dos montajes en ver la luz es «Celia en la revolución»: la novela ha sido adaptada por Alba Quintas , y María Folguera dirige a un reparto compuesto por Chema Adeva, Tábata Cerezo, Pedro G. de las Heras, Trigo Gómez, Andrea Hermoso, Ione Irazabal, Isabel Madolell, Ramiro Melgar, Julia Monje y Rosa Savoini. El montaje incluye, además, varias canciones de La Mala Rodríguez .

« Los textos palpitan -dice con entusiasmo María Folguera de «Celia en la revolución» y «Oculto sendero»-; tienen una luz increíble, no hay ningún engolamiento en ellos. Cuando lees esta obra pasas el mismo hambre que pasaron los personajes que describe. Al contrario que otras novelas con Celia como protagonista, éste no es un texto infantil; hay momentos en que es terrorífica».

Alba Quintas tiene, asegura, mucho que agradecer a Elena Fortún, que abrió un sendero dentro de la literatura infantil y juvenil que han seguido autoras como ella misma. «Escribir era para una mujer en aquel momento un acto de valentía». En su adaptación ha intentado, asegura, hacerse «lo más invisible posible y dejar que el espítitu de Elena Fortún llegara a los espectadores de la manera más natural posible».

La novela -y la obra- se desarrolla entre 1936 y 1939, los años de nuestra Guerra Civil. «El personaje de Celia es un espejo maravilloso de la evolución personal de la propia Elena Fortún -dice Alba Quintas-. La Celia de “Celia en la revolución” es una adolescente que, aunque no conoce nada del mundo de la guerra, tendrá que acostumbrarse muy rápido a vivir con ella; tiene que sobrevivir sola, tiene que acostumbrarse a confiar y también a desconfiar en aquellos que la rodean y, quizá por primera vez en su historia, de alguna manera se rebela a la vida que su padre y su abuelo dibujaron para ella, y empieza a tomar sus propias decisiones».

«“Celia en la revolución” -abunda María Folguera- es un libro bastante singular. Describe la Guerra Civil desde nuevas perspectivas. No es un lugar de bandos, de trincheras ni de discursos . Para mí esto es imprescindible en esta puesta en escena. Arrancamos con un flashback y transitamos toda la obra en el recuerdo de Celia. Esta es una de las claves: ¿pasó así o así lo recuerda Celia? La obra habla también de la revolución personal que vivió Celia. Los tótems de su infancia desaparecen. Su abuelo, su padre y su tía Julia ya no están con ella, incluso el cuidado de sus hermanas, que condiciona su vida desde los catorce años, ya no es necesario. Celia pasa tres años viajando sola por España, sale con un chico por primera vez, se emborracha por primera vez, pasea por la ciudad, regatea con otros hombres en un mercadillo, atraviesa un barrio entre las balas para acompañar a su amiga María Luisa...» «Es una novela de aprendizaje», completa Alba Quintas.

«Celia -sigue la adaptadora- no se entiende en esta novela sin la historia de su autora, pero tampoco sin el silencio al que fue condenada durante muchos años. Y a ese silencio , el de quienes no fueron ni los unos ni los otros, nos resistimos desde el escenario».

Y en este escenario han querido María Folguera, Mónica Teijeiro -creadora de la escenografía y el vestuario- y Ion Aníbal -diseñador de la iluminación- recrear el Madrid que rodea al relato de Celia. «La escenografía está llena de escombros; están presentes la destrucción de los edificios, la acumulación de desechos, los cascotes... -explica María Folguera-. La iluminación reúne a Goya, a Murillo, a Velázquez. Nos lleva a ese barrio de Argüelles del que habla la novela. Es un realismo comprimido donde quien brilla es Celia, que es dulzura, inteligencia y sensibilidad. En esta obra, tiene 16 años, pero aparenta 22. Celia es un personaje de la talla de Peter Pan o Guillermo Brown . Y aquí la vemos convertida en una mujer, que nos relata su vivencia; una vivencia a pie de calle; ese es su mayor valor».

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